El foco de atención se centra en "Opus", la nueva película que se presentó en el Festival de Sundance, protagonizada por Ayo Edebiri y John Malkovich. Dirigida por Mark Anthony Green, la cinta prometía una sátira mordaz sobre la industria musical y la obsesión de los fans. La historia gira en torno a Alfred Moretti (Malkovich), un glam-rocker recluido durante 30 años, que invita a un grupo de periodistas a su lujosa propiedad en Utah para presentar su nuevo álbum.
Entre los invitados se encuentra Ariel (Edebiri), una ambiciosa escritora neoyorquina con un estilo seco e irónico que busca hacerse un nombre con un reportaje importante. Acompañándola está su editor, Stan (Murray Bartlett), quien, con una actitud egocéntrica, se atribuye el mérito del reportaje. Completan el grupo otros personajes, incluyendo a Clara (Juliette Lewis), una personalidad televisiva sarcástica, y un elenco de fans menos definidos.
Al llegar a la propiedad, el grupo descubre un pueblo improvisado con drones sonrientes vestidos con ropa de color arcilla: una clara señal de algo fuera de lo común. Malkovich, en su papel de "El Mago de Wiggle", lidera a este grupo de seguidores aparentemente adoctrinados, interpretando convincentemente algunas canciones originales, incluyendo el éxito "Dina Simone".
Sin embargo, la película no logra desarrollar la tensión y el desconcierto que se esperaría de un thriller. Los fans, con excepción de Ariel, ignoran las señales de alarma, y la trama culmina en un final predecible y decepcionante. Las motivaciones de Moretti, reveladas al final, resultan endebles, dejando al espectador con la sensación de un desenlace apresurado e insatisfactorio. Las reflexiones sobre el ego artístico, la necesidad de propósito de los fans y la ambición de los autores resultan superficiales, sin el impacto que se buscaba.
A pesar de contar con el talento de Edebiri y Malkovich, "Opus" no logra superar sus problemas de guion y dirección, convirtiéndose en una producción que decepciona a pesar de su prometedora premisa inicial.