Timothée Chalamet reveló recientemente haber ganado 9 kilos para asemejarse mejor al legendario músico. Este sutil aumento de peso se ha convertido en un tema de conversación clave en sus esfuerzos por convencer a la Academia de que su interpretación de Bob Dylan es algo más que una actuación, sino una transformación total.
Sin embargo, la campaña de Chalamet para los Óscar abarca más que cambios físicos. Ha expresado públicamente sus esfuerzos por capturar los gestos únicos, el estilo vocal y las habilidades de Dylan en la guitarra. Su participación en Saturday Night Live, donde interpretó canciones de Dylan, y su trabajo con distintos entrenadores de movimiento, diálogo e incluso armónica, demuestran su profundo compromiso con el papel.
A diferencia de otras transformaciones premiadas en el pasado, el aumento de peso de Chalamet puede no tener el mismo impacto. Interpretaciones ganadoras del Óscar de Robert De Niro, Tom Hanks y Christian Bale a menudo se vieron realzadas por cambios físicos drásticos que eran esenciales para los personajes que interpretaban.
El aumento de peso de De Niro en Toro Salvaje y la pérdida de peso de Hanks en Filadelfia no solo sirvieron como transformaciones visuales, sino también como un medio para apoyar las necesidades dramáticas de sus respectivos papeles.
En última instancia, la actuación de Chalamet será juzgada no por la sutileza de su aumento de peso, sino por la calidad de su interpretación. Es probable que los votantes de la Academia se centren en su capacidad para capturar la esencia de Dylan en lugar de las transformaciones físicas. Si bien el aumento de peso puede haber sido un tema de conversación convincente, puede ser su verdadera habilidad como actor lo que le haga ganar el Óscar, suponiendo, por supuesto, que pueda superar a la competencia, incluido el probable favorito, Ralph Fiennes.