Entre las figuras que acapararon la atención, se encontraba Kanye West, o Ye, acompañado de su esposa, Bianca Censori. Su llegada, envuelta en un halo de misterio, generó una ola de especulaciones en redes sociales. Inicialmente, circularon rumores que apuntaban a una irrupción no autorizada a la ceremonia. Sin embargo, la realidad resultó ser más compleja.
La presencia de la pareja no fue fortuita. Su asistencia se justificaba por la nominación de Ye a la categoría de "Mejor canción de rap" por su tema "Carnival". Pero fue el atuendo de Censori, un vestido completamente transparente, lo que desató la controversia y alimentó las especulaciones. Diversos medios reportaron que la pareja había sido "escoltada" fuera del recinto debido a la vestimenta de Censori. Pero publicaciones como People y TMZ ofrecen una versión distinta: la pareja decidió retirarse voluntariamente tras su paso por la alfombra roja.
Este episodio se suma a una serie de acciones poco convencionales por parte de Ye durante el fin de semana. Sus publicaciones en redes sociales, incluyendo mensajes controversiales y cambios repentinos en sus seguidos (dejando solo a Taylor Swift en Instagram), generaron un gran revuelo. La noche culminó con imágenes de ambos bailando y compartiendo un momento íntimo en la fiesta posterior de los Grammy organizada por el influencer Justin LaBoy.
El comportamiento de la pareja, fuera o dentro de los Grammy, continúa generando debate y análisis. La línea entre la estrategia publicitaria y la excentricidad personal resulta difusa, dejando una estela de interrogantes sobre sus motivaciones e impacto.
Los detalles de la noche, desde el atuendo de Censori hasta las publicaciones de Ye en redes, se convirtieron en el tema de conversación en México y el mundo. La reacción de la audiencia, dividida entre la crítica y la fascinación, refleja el impacto mediático de la pareja.