Sabrina Carpenter, la cantante de 25 años nominada a seis premios Grammy, deslumbró en la alfombra roja con un vestido azul personalizado, obra del diseñador JW Anderson. La pieza, con un audaz diseño sin espalda y detalles de plumas, era ya un espectáculo en sí misma. Pero fue la joyería lo que realmente elevó la apuesta.
La pieza central fue un collar de Chopard, una cascada de diamantes que bajaba por su espalda descubierta. Se trata de una creación excepcional, con un peso total de 50 quilates, incluyendo una impresionante piedra central de corte brillante, impecable y de 18 quilates, procedente de la colección Garden of Kalahari de la prestigiosa firma. Además de esta pieza principal, Carpenter lució pendientes de diamantes en forma de pera y un anillo ovalado brillante de 10.10 quilates, todo de Chopard.
El valor estimado del collar se calcula en un millón de dólares. Su stylist, Jared Ellner, logró una combinación perfecta entre la elegancia del vestido y el brillo deslumbrante de las joyas, creando un look que se ha convertido en tema de conversación en el mundo de la moda.
Más allá del impacto visual, la noche fue un éxito rotundo para Carpenter. No solo cautivó con su estilo, sino que también se llevó a casa el premio al Mejor Álbum Vocal Pop por Short N' Sweet, un reconocimiento que la joven artista recibió con visible emoción, compartiendo un emotivo discurso de agradecimiento a su familia, equipo y, sobre todo, a sus fans.
La intérprete de "Espresso" presentó otros tres cambios de vestuario durante la noche, cada uno tan impresionante como el anterior, incluyendo un conjunto dorado para la ceremonia de premiación y atuendos para su presentación musical en el escenario del Crypto.com Arena en Los Ángeles. Su maquillaje, obra de Carolina Gonzalez, completó el look con productos Prada y Armani Beauty.
La velada culminó con Sabrina Carpenter grabada en la memoria de los asistentes y espectadores de los Grammy, no sólo por su talento, sino también por su impactante y memorable presencia.