Imelda Garza sigue firme en su lucha por demostrar que es una madre apta para cuidar a su hijo José Julián. A través de sus redes sociales, la viuda de Julián Figueroa ha compartido diversas pruebas, desde exámenes toxicológicos hasta estudios psicológicos, con los que busca desmentir las acusaciones de Maribel Guardia, quien la denunció por violencia doméstica y cuestionó su capacidad para criar al pequeño.
A más de 10 días sin ver a su hijo, Imelda insiste en su inocencia. Aunque la Fiscalía no la ha sometido a un antidoping oficial, ella ha decidido hacerse varios por cuenta propia, todos con resultados negativos. Además, recientemente compartió los resultados de una evaluación psicológica basada en el Inventario de Valores de Hartman, un test diseñado para analizar la capacidad de valoración de una persona.
Los resultados destacan su capacidad para controlar impulsos, su empatía y sus habilidades en relaciones interpersonales. Según el análisis, Imelda no representa un riesgo para su hijo y cuenta con un sólido juicio moral.
"Ella tiene un excelente balance entre sus valores internos y externos, es capaz de tomar decisiones prácticas y seguir normas con una calificación alta. No es capaz de violentar a su menor hijo", se lee en el documento.
El informe también hace referencia a Maribel Guardia, señalando que su relación con el niño podría estar influenciada por el apego emocional que siente debido a la pérdida de su hijo, Julián Figueroa.
"Parece ver en el niño la viva imagen de su difunto hijo y le cuesta trabajo entender que es su nieto, no Julián", menciona el documento.
Además, el estudio recalca que, tras la muerte del padre, la responsabilidad directa en la crianza de José Julián recae en su madre y que impedirle la convivencia vulnera los derechos del menor.
A pesar de estas pruebas, la Fiscalía aún no ha citado a Imelda para los exámenes oficiales. Mientras tanto, ella continúa defendiendo su postura y exigiendo su derecho a ver a su hijo.