Ariana Grande: Resiliencia y éxito tras la tragedia

El año 2017 trajo consigo un suceso que cambió su vida para siempre: el atentado terrorista en su concierto de Manchester. La tragedia, que cobró la vida de 22 personas y dejó cientos de heridos, dejó una cicatriz imborrable en la cantante. Este evento, unido a la posterior pérdida de su ex novio, el rapero Mac Miller, en 2018, la sumergió en un profundo pozo emocional.
“Estaba haciendo muchísima terapia y lidiando con el PTSD y todo tipo de dolor, depresión y ansiedad”, confesó Grande en una reciente entrevista. Fue en medio de este torbellino emocional que la música se convirtió en su salvavidas. Dos álbumes icónicos surgieron de este proceso: Sweetener (2018) y Thank U, Next (2019).
Sweetener, lanzado tras el atentado de Manchester, representó un regreso a los escenarios, una forma de procesar el dolor y la pérdida colectiva. Pero la sanación no se detuvo ahí. Apenas un año después, la muerte de Mac Miller la sumió nuevamente en la tristeza. Sin embargo, esta vez, la respuesta fue aún más visceral.
Thank U, Next, un álbum concebido en solo dos semanas, se convirtió en un catártico ejercicio de expresión. “Fue hecho con urgencia y fue un medio de supervivencia”, explicó la artista. Su decisión de lanzarlo rápidamente, a pesar de las reticencias de su disquera, Republic Records, que consideraba inusual un lanzamiento tan próximo al anterior, demostró su determinación a expresar su verdad sin seguir los esquemas preestablecidos de la industria.
La creación y el éxito de Thank U, Next, con su canción homónima convertida en himno generacional, no solo marcaron un hito en la carrera de Ariana Grande, sino que demostraron la potencia curativa de la música ante la adversidad. El álbum se convirtió en un éxito rotundo, obteniendo certificaciones multiplatino y nominaciones a los Grammy.
Hoy, Ariana Grande se encuentra en un punto culminante de su carrera, no solo en la música, sino también en la actuación. Su participación en la adaptación cinematográfica de Wicked, donde interpreta a Glinda, la ha llevado a recibir importantes nominaciones, incluyendo al Oscar. Para este papel, decidió usar su nombre completo, Ariana Grande-Butera, en los créditos, como un homenaje a su infancia y un símbolo de regreso a su yo más auténtico.
Su decisión de incluir su apellido en los créditos de Wicked, un detalle aparentemente menor, resume un camino de autodescubrimiento y aceptación, donde la música, el arte y la resiliencia se entrelazan para conformar una historia de superación personal extraordinaria.