David Schwimmer critica a Elon Musk por permitir discurso de odio de Kanye West en X
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Schwimmer, reconocido por su papel en la icónica serie Friends, ha expresado públicamente su preocupación por las recientes publicaciones de Ye (anteriormente Kanye West) en la plataforma X. Estas publicaciones, según Schwimmer, contienen un discurso de odio alarmante y antisemita, reavivando una polémica que ya ha generado consecuencias en el pasado.
El actor, de 58 años, utilizó sus redes sociales para dirigir un llamado directo a Elon Musk, propietario de X: “No podemos detener a un fanático desquiciado de vomitar bilis llena de odio e ignorancia… pero PODEMOS dejar de darle un megáfono, Sr. Musk”. Su argumento se centra en la inmensa cantidad de seguidores que Ye tiene en la plataforma (32.7 millones), una cifra que, según Schwimmer, duplica la población judía mundial. Para el actor, este alcance multiplica exponencialmente el peligro de la incitación a la violencia.
Los comentarios de Ye, que incluyen elogios a Hitler y el nazismo, junto con ataques a la comunidad LGBTQ+ y personas con discapacidades, no son nuevos. Ya en octubre de 2022 fue suspendido de la plataforma por publicaciones similares, siendo posteriormente reintegrado y suspendido de nuevo en repetidas ocasiones. La persistencia de este tipo de contenido ha generado una ola de críticas que han puesto en el centro del debate la responsabilidad de las redes sociales en la moderación de este tipo de discurso.
En este contexto, la decisión de Musk de reincorporar la cuenta de Ye, a pesar de su historial de publicaciones ofensivas, ha sido cuestionada por diversas organizaciones y personalidades públicas. El CEO de la Liga Antidifamación, Jonathan A. Greenblatt, ha destacado el peligro que representa el discurso de odio amplificado por figuras públicas con gran alcance en redes sociales, afirmando que esto “no solo es vil y ofensivo, sino que también pone en peligro a los judíos al dar permiso a la gente para expresar ese tipo de prejuicio”.
La situación ha generado un intenso debate acerca del límite entre la libertad de expresión y la incitación al odio en las plataformas digitales, un tema que continúa sin una respuesta definitiva y que plantea un desafío significativo para las compañías tecnológicas y la sociedad en su conjunto.