Pamela Anderson: Más allá de 'Baywatch', una vida compleja

Pero la historia de Pamela Anderson, más allá de las revistas y las playas de Baywatch, es un relato complejo, lleno de matices que la publicación Paris Match explora en un reciente perfil. A sus 57 años, la actriz canadiense enfrenta su pasado con una mirada introspectiva, alejada del brillo superficial de la fama.
Su papel en The Last Showgirl, película dirigida por Gia Coppola, es crucial para entender esta nueva etapa. En esta cinta, Anderson interpreta a una vedette en decadencia, un personaje que, según ella misma admite, refleja muchos aspectos de su propia trayectoria. El camino hacia este papel no fue fácil. Su agente rechazó inicialmente el guion, pero la intervención de su hijo, Brandon Lee, cambió el curso de los acontecimientos. La perseverancia finalmente rindió frutos: una nominación al Globo de Oro.
“Me ha sido muy difícil convencer que podía jugar varios roles y que era, ante todo, un ser humano”, declaró Anderson a Paris Match, revelando la lucha constante por desvincularse de la imagen preconcebida que la industria, y el público, habían creado. Un lucha que trasciende la pantalla.
El perfil destaca la dualidad que ha marcado su vida: la adoración masiva y el peso de una identidad pública que, en ocasiones, la limitó. “Soy un personaje de la cultura pop, lo que es una bendición y una maldición”, reflexiona Anderson sobre este fenómeno. Desde su aparición en Playboy hasta su rol en Baywatch, se convirtió en un fenómeno global, pero esta fama, a veces, opacó su talento actoral y su rica personalidad.
Más allá del glamour, Anderson cultiva un lado menos conocido. Es una ávida lectora de autores como Carl Gustav Jung, Rainer Maria Rilke, Emily Dickinson, Anaïs Nin y Goethe, demostrando un interés por la literatura y el arte que se refleja en su admiración por figuras como Frida Kahlo y Matisse. Su activismo por los derechos de los animales, incluso enfrentándose a figuras como Vladimir Putin, demuestra su compromiso social.
Su autobiografía, Love, Pamela, revela un pasado marcado por la violencia, incluyendo episodios de abuso en su infancia y una violación en grupo durante la adolescencia. Experiencias que, según Paris Match, impactaron profundamente su visión del amor y las relaciones.
El ascenso meteórico a la fama, gracias a un anuncio de cerveza y su posterior aparición en Playboy, es otro capítulo crucial de su historia, al igual que el escándalo de la sextape con Tommy Lee, un episodio devastador que la marcó profundamente: "Me hizo sentir como una mujer horrible, un simple pedazo de carne", recordó.
El regreso a la industria con The Last Showgirl representa un nuevo comienzo, un relanzamiento de su carrera hacia nuevos proyectos, entre ellos un remake de Y a-t-il un flic... junto a Liam Neeson, y el thriller Rosebushpruning. En la escena final de la película, su personaje desafía la irrelevancia, gritando: “Tengo 57 años, soy hermosa y me importa un carajo lo que piensen”. Una frase que, para Paris Match, resume la esencia de una mujer que, tras años de luchas, permanece de pie.