Francisca Lachapel: Embarazo, trabajo y vida familiar

Francisca Lachapel, la carismática presentadora de Despierta América, se encuentra en la dulce espera de su tercera hija, Raffaella Eleanor, quien llegará a unirse a sus hermanos, Gennaro y Franco, a principios del próximo mes. Recientemente, en una sesión de preguntas y respuestas con sus seguidores, la conductora dominicana compartió detalles íntimos sobre su experiencia.
Una de las preguntas más recurrentes giró en torno a su estado físico. “Me siento muy bien, este embarazo ha sido totalmente distinto”, afirmó Francisca, describiendo un proceso notablemente diferente a sus embarazos anteriores. Aunque admite el aumento de peso y algunas molestias propias del final de la gestación –“ya empecé como a caminar como pingüinito”–, destacó la ausencia de hinchazón en los pies, un alivio significativo para muchas mujeres embarazadas.
Los cambios en su rostro tampoco pasaron desapercibidos. “Si se fijan, miren, tengo los labios que parezco que me los operé o que me los inyecté”, comentó con humor, señalando un ligero aumento en el volumen de sus labios y nariz. Aclaró que, a pesar de estas alteraciones físicas, su salud en general es excelente.
Su alimentación también ha sido un tema de conversación. “En este embarazo yo como más que un camionero… increíblemente, y me muevo menos y todo, pero se me nota menos también”, reveló, generando una conexión inmediata con las madres que experimentan cambios similares en su apetito durante el embarazo.
Para sorpresa de muchos, Francisca continúa trabajando hasta el último día antes del parto. Al respecto, explicó: “Cuando nazca la bebé, y siempre trabajo hasta el último día, siempre, siempre. Yo me quedo y me salgo de aquí al hospital a parir. Y así puedo aprovechar más días con mi bebé cuando nace”. Esta decisión, lejos de ser un acto de imprudencia, refleja su enfoque práctico y su deseo de equilibrar sus responsabilidades profesionales y familiares.
Finalmente, sobre la posibilidad de agrandar aún más su familia, Francisca respondió con una simple y significativa frase: “Solo Dios sabe”. La incertidumbre abre un espacio para la posibilidad, mientras que la preparación para la llegada de Raffaella, aunque aún en proceso –“la habitación de mi nena aún no está lista”–, promete ser un momento especial y lleno de amor.