No era cualquier espectador: se trataba de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo, quienes vivieron su propio momento viral bajo el reflector de la famosa kiss cam.
El instante fue breve pero contundente. Al aparecer en las pantallas gigantes, el estadio estalló en vítores. "¡Messi, Messi!" coreaba la multitud, mientras el astro argentino respondía con una sonrisa nerviosa y su esposa, cómplice, reía ante la situación. Aunque no hubo beso, la química entre ambos habló por sí sola.
Detrás de escena, otros detalles pintaron la noche:
- Chris Martin dedicó un saludo especial desde el escenario: "Gracias por venir, al número uno del deporte en toda la historia", dijo frente a 60,000 personas.
- Los tres hijos del matrimonio acompañaron la velada, protagonizando fotos familiares que luego inundaron las redes de Antonela.
- El descanso forzado de Messi —por suspensión en Inter Miami— encontró un final dulce entre sintetizadores y coros.
La anécdota contrasta con el último escándalo vinculado a la
kiss cam en un recital de la banda. Hace semanas, en Boston, dos ejecutivos casados con terceros se besaron frente a las cámaras, desatando polémica. Esta vez, la imagen fue muy distinta: pura espontaneidad, sin filtros ni agendas ocultas. Justo lo que esperarías del hombre que convierte lo ordinario en extraordinario, incluso cuando solo está
disfrutando de un concierto.
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