Fuentes cercanas a ambos describen el distanciamiento como algo natural, aunque los detalles revelan grietas más profundas.
"Ella está enfocada en su gira, él está redescubriendo su vida fuera de la política. La chispa inicial se topó con la realidad", confiesa un allegado a la cantante al Daily Mail. Los encuentros discretos en restaurantes de Nueva York y Los Ángeles, capturados por paparazzis en julio, dieron paso a semanas de silencio. El factor clave: la incomodidad de Trudeau ante el escrutinio público que genera vincularse con una superstar.
- Agendas encontradas: Perry recorre EE.UU. con su polémico The Lifetimes Tour, marcado por incidentes técnicos.
- Presión mediática: El ex primer ministro evitó por años mezclar su imagen política con romances de alto perfil.
- El viaje como señal: Trudeau optó por recorrer Italia con su hija adolescente mientras los rumores se enfriaban.
Mientras el canadiense compartía fotos en la Toscana —criticadas por su tono elitista—, Perry enfrentaba otro percance en escena.
Una descarga eléctrica durante su show en Las Vegas revivió las teorías sobre una "maldición" que persigue su gira. La misma que incluye:
- El colapso de una escenografía con forma de mariposa en San Francisco.
- Un intruso que irrumpió en pleno concierto.
- El desmayo de una fanática frente al escenario.
El contraste no podría ser mayor: él degustando vinos en el lago de Como; ella sorteando riesgos laborales bajo los reflectores. Aunque las fuentes insisten en que
"podrían retomar el contacto", la distancia geográfica y de estilos de vida pinta un panorama complicado. Para Trudeau, este verano significó su primer acercamiento al
jet set tras dejar el poder. Para Perry, otro capítulo en su historia de relaciones que captan titulares.
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