Gala Montes revela oscuros métodos para cumplir estándares de belleza en TV

Durante una conversación cruda con Yordi Rosado, la actriz dejó al descubierto una práctica peligrosa que, según sus palabras, fue normalizada tras bambalinas.
"Desde niña me pedían cambiar mi cuerpo para los proyectos. Era un requisito, no una sugerencia", reveló Montes con una mezcla de frustración y resignación. Lo que comenzó como dietas extremas terminó escalando a un nivel alarmante: el consumo de anfetaminas para acelerar la pérdida de peso. Un secreto que guardó por años y que hoy reconoce como uno de sus mayores arrepentimientos.
La también participante de 'La casa de los famosos México' detalló cómo esta presión marcó su carrera:
El conflicto entre ambas surgió precisamente por diferencias en los reglamentos de peso para el combate. Mientras Flores se sometió a estrictas rutinas, Montes se negó a alterar su físico, generando críticas por un trato preferencial que, a la luz de sus recientes declaraciones, parece responder más a un trauma que a un capricho.
"Prefiero perder oportunidades antes que volver a dañarme", sentenció la actriz, haciendo referencia a su decisión de rechazar proyectos que exijan cambios corporales. Una postura que, aunque le ha costado contratos, representa un punto de inflexión en su vida profesional.
Las consecuencias de estas prácticas no solo se miden en kilos. Gala admitió que el estrés acumulado por años de exigencias estéticas contribuyó al fracaso de su última gira musical, sumado al escándalo generado por la entrevista de su madre, Crista Montes, con Adrián Marcelo. Un cóctel perfecto de presión mediática y salud deteriorada que terminó por colapsar sus planes artísticos.
Más allá del morbo, su historia expone las grietas de un sistema que prioriza la imagen sobre el bienestar. Mientras las redes se inundan de memes y críticas, pocos reparan en el costo humano detrás de cada transformación física exigida a las celebridades. Un patrón que, como demuestra este caso, rara vez termina bien.