Emma Heming revela dolorosa decisión familiar por demencia de Bruce Willis

En una revelación íntima durante una entrevista especial con Diane Sawyer, la modelo británica confesó que el actor ya no vive bajo el mismo techo que sus hijas menores, Mabel (13) y Evelyn (11), debido al avance de su demencia frontotemporal.

"Bruce querría eso para nuestras hijas", compartió Heming con la voz quebrada. "Él preferiría que estuvieran en un hogar adaptado a sus necesidades, no a las suyas". La residencia donde ahora vive el protagonista de 'Duro de Matar' está equipada con un equipo médico permanente y queda a pocos minutos de la casa familiar. Las niñas lo visitan casi a diario: desayunos juntos, cenas que mantienen vivo el hilo de una conexión que la enfermedad no ha logrado romper.

Detrás de esta decisión hay un camino de pérdidas graduales. En 2022, Willis abandonó su carrera actoral tras ser diagnosticado con afasia, un trastorno que erosionó su capacidad para comunicarse. Un año después, los médicos identificaron la forma más cruel de demencia: aquella que borra primero la personalidad. Frontotemporal, le llaman. Roba palabras, altera conductas y, con el tiempo, debilita hasta los cuerpos más fuertes.

• El actor, de 70 años, conserva su movilidad física pero ha perdido gran parte de su lenguaje.
• Sus seres queridos han desarrollado nuevas formas de comunicación con él, aunque Heming admite que "esos destellos de conexión son fugaces".
• La familia extendida —incluidas sus hijas mayores con Demi Moore: Rumer, Scout y Tallulah— se ha unido en este proceso.

El anuncio coincidió con la promoción del libro de Heming, 'The Unexpected Journey', un testimonio crudo sobre el cuidado de pacientes con enfermedades neurodegenerativas. Entre sus páginas, la autora describe la paradoja de convivir con un hombre cuya risa contagiosa aún aparece, como un eco, entre los silencios impuestos por la enfermedad. "A veces veo ese brillo en sus ojos y por un segundo todo vuelve a ser como antes", confesó antes de que las lágrimas ganaran la batalla.

Mientras tanto, en esa segunda casa que ahora alberga al actor, los desayunos siguen siendo sagrados. Allí, entre médicos y recuerdos, las risas de sus hijas pequeñas siguen siendo el mejor medicamento.

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