Ciudad de México
El embajador Sarukhan solicitó la inmunidad para el ex presidente para prevenir una mala relación bilateral.
El gobierno federal realizó la petición de inmunidad para Ernesto Zedillo bajo el argumento de que seguir con el proceso en contra del ex presidente vulneraría la soberanía de México y afectaría la relación bilateral con Estados Unidos.
“(…) deseo manifestar el rechazo de mi Gobierno a cualquier proceso interno que vulnere la soberanía de México, al ejercer jurisdicción para conocer de supuestos actos ocurridos en territorio nacional en los que presuntamente intervino el presidente de la república en su capacidad oficial”, cita el documento enviado por el embajador Arturo Sarukhan, el 4 de noviembre pasado a la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Y continua, “un proceso como el que se pretende sustanciar en contra del ex Presidente de México afectaría la relación bilateral entre México y Estados Unidos, al desestimar la actuación de diversas autoridades nacionales en respuesta a los acontecimientos ocurridos en la localidad de Acteal, Chiapas, en diciembre de 1997”.
La solicitud de inmunidad fue en respuesta de una demanda interpuesta por 10 personas, entre sobrevivientes y familiares de las víctimas de la masacre ocurrida el 22 de diciembre de 1997, cuando un grupo de 100 hombres armados irrumpió en la comunidad de Acteal, en la zona conocida como Los Altos de Chiapas, y asesinó a 45 indígenas tzotziles, entre los que había hombres, mujeres y 15 niños. Según la carta del embajador Sarukhan, en ese entonces, el gobierno en turno —a cargo de Ernesto Zedillo, que fue presidente de México de 1994 al 2000—, “condenó enérgicamente, (la masacre) abocándose de inmediato a la investigación y presentación de los responsables”.