La vida secreta y corrupta de Arturo Durazo Moreno ‘El Negro’

PRESCOTT LAKES, AZ
Información de: Dennis Wagner, The Republic | azcentral.com
(Parte IV de IV)
CAZANDO A DURAZO
El 6 de marzo de ese mismo año, la sección de terrorismo del FBI en Los Ángeles solicitó a las oficinas centrales del buró autorización para llevar a cabo una operativo de captura encubierto.
La solicitud indicaba que se le presentaría un agente encubierto a familiares de Durazo en Canadá para “discutir y planear el reclutamiento de mercenarios” para llevar a cabo el asesinato. “EL OBJETIVO PRINCIPAL SERÁ REUNIRSE CON EL SUJETO PRINCIPAL, ARTURO DURAZO MORENO, Y OBTENER DETALLES DEL PLAN DE ASESINATO…EL OBJETIVO FINAL SERÁ IDENTIFICAR A TODOS LOS INVOLUCRADOS EN LA CONSPIRACIÓN Y NEUTRALIZAR EL PLAN.”
La solicitud incluía una proyección de gastos como ropa costosa y comidas en los “más exclusivos restaurantes y/o centros nocturnos”, así como boletos de avión a Canadá, Puerto Rico, la Ciudad de México y Tahití.
El 23 de marzo llegó una resolución de las oficinas centrales: “LOS POSIBLES RESULTADOS DE ESTÁ UCO (operación encubierta) NO JUSTIFICARÍAN LOS RIESGOS Y GASTOS … LA APROBACIÓN DE UCO NO ES CONCEDIDA EN ESTE MOMENTO.”
INVOLUCRAMIENTO DE AUTORIDADES MEXICANAS
A principios de abril de 1984, oficiales de EU se preocuparon por una amenaza más – una misión secreta de las autoridades mexicanas contra Durazo. Conforme a documentos del FBI, el buró descubrió que agentes federales de alto rango se ubicaban en California utilizando tácticas de intimidación para localizar y posiblemente secuestrar o matar a El Negro.
Entre los sospechosos: El jefe de seguridad federal Zorrilla y Miguel Aldana Ibarra, el entonces director de INTERPOL en México. Un documento legal de E.U. en la Ciudad de México confrontó a Zorrilla, advirtiéndole que agentes foráneos que intentaran eliminar a Durazo en tierras estadounidenses serían arrestados. Zorrilla negó encabezar una operación encubierta y sugirió que El Negro habría inventado ese rumor para poder impugnar una extradición en caso de ser arrestado.
AGENTES DEL FBI RECIBEN UNA PISTA
Para junio de 1984 la amenaza de asesinato de De La Madrid incitaba comunicados de nivel ejecutivo. Un teletipo a las oficinas centrales constató: “El presidente de México, MIGUEL DE LA MADRID, ha transmitido personalmente este sentido de urgencia al Presidente de los Estados Unidos, RONALD REAGAN, al Procurador de Justicia WILLIAM FRANCH SMITH, y al director del FBI WILLIAM WEBSTER.”
Ese mes, las cortes mexicanas finalmente acusaron a Durazo de extorsión, posesión ilegal de armas y evasión de impuestos.
La búsqueda continuó por semanas, con pistas sin salida. Hasta que, a finales de junio de 1984, agentes de la FBI recibieron una pista: Durazo volaría al aeropuerto de San Juan, Puerto Rico, a reunirse con familiares.
Un equipo federal fue enviado a recibirlo. Poco después del aterrizaje, apareció la siguiente información en un teletipo del FBI: “LA DIVISIÓN DE SAN JUAN ARRESTÓ AL SUJETO TITULADO ARTURO DURAZO, EL 29-6-84 SIN INCIDENTE ALGUNO … TENDENCIAS SUICIDAS.”
“‘BIENVENIDO A PUERTO RICO’
El arresto fue un evento mediático, pero de acuerdo a Rothmiller, los primeros informes excluyeron un detalle importante: Cuando la familia de Durazo voló a Puerto Rico para encontrarlo, lo hizo en compañía del detective de la policía de Los Ángeles, Kenny Hamilton, ex compañero de Rothmiller.
Hamilton, quien eventualmente fue disciplinado y despedido del Departamento de Policía de Los Ángeles por asociarse con El Negro, se negó a dar declaraciones para este reportaje. Sin embargo, en su momento declaró al Los Ángeles Times: “Durazo es solo un tipo agradable y cálido … Cuando fui a Puerto Rico lo hice como amigo, no como oficial de policía.”
Los archivos del FBI no explican cómo fue provocado Durazo, pero Fuente Dos ofrece esta explicación: Cuando éste fue designado a atraer a Durazo a territorio estadounidense, Fuente Dos recibió información de un viaje que Silvia Durazo planeaba para encontrarse con su esposo. Fuente Dos dice haber acompañado a Silvia – y a Hamilton – en el vuelo de Los Ángeles a Puerto Rico.
MONITOREO DE LA CASA BLANCA
Había mucho en juego, recuerda Fuente Dos: La operación del FBI era monitoreada por la Casa Blanca.
ARGUMENTO DEL ABOGADO DE DURAZO
Durazo no estaba en San Juan. Fuente Dos indicó haber recibido dinero para contratar un avión privado para trasladar a El Negro, pero sin conocer su destino. En su lugar, el FBI envió un avión del buró, no identificado y piloteado por un agente. Al inicio del vuelo, Silvia anunció que iban a Curacao, una isla en la costa de Venezuela.
Después de aterrizar, Fuente Dos indica él y Silvia encontraron a Durazo en un hotel y le instaron a regresar con ellos a Puerto Rico, y después volar a Los Ángeles en busca de asilo. El Negro se resistió, temeroso de ser arrestado, pero finalmente cedió.
Cuando el avión arribó en San Juan, Durazo bajó a la pista sin conocimiento de lo que le esperaba. Un agente del FBI se presentó, estrechó la mano del fugitivo y le esposó diciendo: “General Durazo, bienvenido a Puerto Rico.”
DEMASIADOS SECRETOS DE GENTE PODEROSA
El Negro fue trasladado vía aérea a Los Ángeles.
En la corte, un abogado defensor indicó al juez que Durazo no sobreviviría una extradición porque conocía demasiados secretos de gente poderosa. “No puedes regresar a este hombre a México,” dijo el abogado. “Será ejecutado en el transcurso.”
El pronóstico fue equivocado. Durazo fue condenado en México a una sentencia de 25 años. A los siete años fue puesto en libertad por buen comportamiento y murió por causas naturales en el año 2000.
Pero a Rothmiller, el acertijo seguía molestándolo – no solo por El Negro o la CIA, pero por qué habían intentado dispararle hacía más de tres décadas.
No fue hasta el 2013, cuando los ex agentes de la DEA Berrellez y Jordan hicieron públicos sus alegatos del involucramiento de la CIA en la muerte de Camarena, que Rothmiller solicitó una multitud de archivos bajo el Acto de Libertad de Información.
Después de revisar los documentos, el ex detective dejó de cuestionar cómo fue que desapareció la acusación de tráfico de cocaína en contra de Durazo, o quién lo protegió: “Estoy convencido que fue la CIA por lo de Contra,” agrega. “Las armas fluyendo.”
En su libro, Rothmiller afirma que El Negro era “una pieza integral en esta operación de ultra secreto.”
“¿Cuántos estadounidense murieron por sobredosis de droga o la violencia relacionada al tráfico de Durazo? cuestiona. ¿Cuántas vidas se pudieron haber salvado si el gobierno de E.U. hubiera elegido hacer su trabajo y arrestar a Durazo cuando visitaba los Estados Unidos?”
Rothmiller acepta no tener pruebas contundentes. Pero, al menos para un ex policía que trabajó en inteligencia, las pruebas circunstanciales embonan como piezas de rompecabezas.
“Si tuvieras un rompecabezas de Abraham Lincoln, y tuvieras todo menos los ojos, dirías, ‘Oh, es Lincoln,” asegura. “de cierta forma se cierra el círculo.”