Afganistán
El ataque al consulado empezó con la explosión de un coche bomba frente al edificio.
Al menos ocho personas han muerto en el ataque perpetrado al alba de hoy por un comando taliban contra el consulado de EEUU en la ciudad de Herat, en el oeste de Afganistán, informaron fuentes oficiales.
El ataque empezó con la explosión de un coche bomba frente al edificio, tras lo que cinco insurgentes lograron superar el primer cordón de seguridad en torno al recinto, precisaron las fuentes, citadas por el canal de televisión local Tolo.
Tras un tiroteo de unas dos horas con las fuerzas militares que defendían la sede diplomática, los cinco agresores resultaron muertos, así como dos guardias de seguridad y un civil afgano que fue alcanzado en el cruce de disparos, de acuerdo con las fuentes.
Según testigos citados por la cadena de televisión, el ataque echo abajo buena parte de los dispositivos defensivos del consulado.
Este ataque se produce en uno de los momentos más sangrientos de la guerra en Afganistán, que coincide con la retirada gradual de las fuerzas de la OTAN y su relevo en 2014 en las misiones de seguridad por el Ejército y la Policía del Gobierno de Kabul.
Dicho proceso no ha frenado la violencia en todo el país.
EU reprueba ataque
Estados Unidos condenó el ataque perpetrado contra su consulado en la ciudad de Herat (Afganistán) y confirmó que ningún estadunidense falleció en el mismo, si bien evitó confirmar si fue un comando talibán quien emprendió el atentado, como han indicado fuentes de seguridad locales.
Estados Unidos condena en los términos más rotundos el ataque en el consulado de EU en Herat, que ocurrió a las 05:30 de la mañana de hoy, hora local”, dijo a periodistas una portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf.
La portavoz confirmó que ningún estadunidense falleció en el ataque, que dejó al menos ocho víctimas mortales, y que su personal se encuentra a salvo y ha sido trasladado en su mayoría a Kabul de forma temporal.
“Lamentamos profundamente la pérdida de vida y las heridas causadas a civiles afganos y trabajadores del consulado. Nuestras oraciones están con las víctimas y sus familias, y confiamos en la recuperación rápida de los heridos. Recordamos, una vez más, el coste humano de este tipo de terrorismo”, apuntó Harf.
El secretario de Estado de EU, John Kerry, telefoneó desde Ginebra a la cónsul general de su país en Herat, Jillian Burns, “para expresar a todo el personal que estaba pensando en ello, para ver cómo estaban, para preguntar si necesitaban algo, y para agradecerles su coraje en una situación tan difícil”, explicó.
Según fuentes oficiales afganas citadas por el canal de televisión local Tolo, el ataque empezó con la explosión de un coche bomba frente al edificio, tras lo que cinco insurgentes lograron superar el primer cordón de seguridad en torno al recinto.
Tras un tiroteo de unas dos horas con las fuerzas militares que defendían la sede diplomática, los cinco agresores resultaron muertos, así como dos guardias de seguridad y un civil afgano que fue alcanzado en el cruce de disparos, de acuerdo con esas fuentes.
El Departamento de Estado, por su parte, aún está “trabajando para confirmar la cifra de muertos”, según Harf, pero ha podido constatar por ahora el fallecimiento de al menos cuatro personas: tres guardias de seguridad y un intérprete local, además de otros dos agentes de seguridad hospitalizados.
La portavoz tampoco confirmó la responsabilidad del atentado, que de acuerdo con las fuentes locales correspondió a un comando talibán.
No obstante, destacó que Estados Unidos sigue “centrado en llamar a los talibanes a que se sienten a la mesa negociadora y hablen con el Gobierno afgano sobre paz y reconciliación”.
Sabemos que es difícil, pero a la vez que dejamos claro que seguiremos luchando contra el terrorismo internacional, al mismo tiempo queremos que haya negociaciones. Podemos hacer ambas cosas a la vez”, aseguró Harf.
El ataque de hoy se produce en uno de los momentos más sangrientos de la guerra en Afganistán, que coincide con la retirada gradual de las fuerzas de la OTAN y su relevo en 2014 en las misiones de seguridad por el Ejército y la Policía del Gobierno de Kabul.