Venezuela
La capital retomó su ritmo normal mientras que la presencia policial aumentó.
El país amaneció el jueves en calma luego de los violentos incidentes que se registraron en la víspera en Caracas y otras ciudades del interior que dejaron como saldo tres muertos, 66 heridos y 69 detenidos, mientras el gobierno advirtió que tomará medidas para garantizar el orden.
La capital venezolana retornó a su ritmo normal de actividades mientras que en algunos puntos de la ciudad se observó una mayor presencia policial y militar como parte del reforzamiento de la seguridad que acordó el gobierno tras los violentos incidentes que ocurrieron en la víspera en el centro y este de Caracas.
En algunas zonas del este de la ciudad se registraron el jueves algunas manifestaciones estudiantiles, la mayoría de ellas pequeñas, que desafiaron las advertencias del presidente Nicolás Maduro de que sería detenido todo aquel que saliera a marchar sin permiso. Unos mil estudiantes realizaron una caminata por el próspero municipio Chacao, en el este de la capital. En Chacao, donde se produjeron el miércoles trasladaron los disturbios luego de la sangrienta reyerta en el centro de la capital venezolana, falleció un estudiante baleado, uno de los tres fallecidos el miércoles.
Exigiendo justicia para los dos estudiantes muertos y gritando consignas tales como “Maduro, cobarde, asesino de estudiantes” y “va a caer y va caer, este gobierno va a caer”, los manifestantes se desplazaron por varias cuadras rumbo a la autopista que enlaza de este-oeste la capital venezolana y bloquearon los dos sentidos de circulación.
Antes hicieron una parada para orar en el lugar donde cayó muerto uno de los estudiantes en una céntrica avenida de Chacao.
El canciller Elías Jaua afirmó el jueves que el gobierno tomará “medidas de Estado” para garantizar el orden en todo el país y evitar la violencia, pero no detalló cuáles serían las disposiciones.
Jaua responsabilizó de forma directa al dirigente opositor Leopoldo López y a la diputada María Corina Machado de los hechos del miércoles.
El canciller informó a la cadena regional Telesur, que la cúpula gubernamental se reunió durante la madrugada con el presidente Nicolás Maduro para evaluar las acciones. “No vamos a permitir que digan que en Venezuela hay una dictadura y no se respetan los derechos humanos”, señaló.
El líder opositor Henrique Capriles afirmó el jueves que “la violencia le interesa a este gobierno para tapar la crisis que estamos viviendo”. Aseguró en rueda de prensa que el gobierno de Maduro quiere evadir sus responsabilidades y “mostrarse como víctima” frente a los hechos de violencia de la víspera. “Hoy (los del gobierno) son unos niños de pecho”, agregó.
El también gobernador de estado central de Miranda rechazó los señalamientos del gobierno de que la oposición estaría promoviendo un golpe de Estado, e indicó que las intentonas no las hacen los civiles “con botellitas de agua”, sino los militares.
Dirigiéndose a Maduro, el líder opositor dijo que si hay “ruido interno (en la fuerza armada) ese es su problema”, y agregó que si se quiere usar estos incidentes como una “parada para un autogolpe tendrá que decírselo al país”.