Donetsk, Ucr.
Condicionaron el desalojo de los edificios a la renuncia del gobierno.
En pleno desafío al gobierno de Ucrania, los separatistas pro rusos rechazaron el acuerdo alcanzado en la cumbre de Ginebra para intentar desactivar la crisis ucraniana.
El presidente interino ucraniano, Olexandre Turchinov, y su primer ministro, Arseni Yatseniuk, tendían en cambio la mano a los rebeldes, prometiendo una importante descentralización y un “estatuto especial” para la lengua rusa.
Para sorpresa de todos, los jefes de la diplomacia ucraniana, rusa, estadunidense y europea cerraron el jueves un acuerdo en Ginebra para rebajar la
tensión en el país, al borde del estallido tras la insurrección del este, que reclama su integración en Rusia o una “federalización” del país.
El acuerdo prevé el desarme de grupos armados ilegales y la evacuación de edificios ocupados, así como una amnistía para aquellos que entreguen las armas, excepto para los que hayan cometido asesinatos.
El texto estipula también que el proceso constitucional anunciado por el gobierno de transición será “transparente” e incluirá a todas las regiones ucranianas y a todas las entidades políticas.
Pero, atrincherados en la sede de la administración regional de Donetsk, ocupada desde el 6 de abril y donde altavoces entonaban el himno ruso, los insurgentes rechazaron tajantemente el plan.
El gobierno ucraniano volvió a apuntar como garantía a los separatistas una reforma constitucional en el país, tras el acuerdo alcanzado con Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea.
“Concederemos un estatus especial a la lengua rusa”, dijeron Turchinov y Yatseniuk.
También se concederán mayores poderes en política fiscal y presupuestaria a los gobiernos locales.
Las fuerzas pro rusas en el este de Ucrania pusieron como condición para su desarme que el gobierno de Kiev detenga
la intervención militar contra su propia población, afirmó el activista Miroslav Rudenko en Donetsk.
Los rebeldes pro rusos que han ocupado edificios del gobierno en más de diez ciudades de Ucrania advirtieron que no se irán hasta que dimita Turchinov, acabando con las esperanzas de avances que trajo el acuerdo diplomático alcanzado en Ginebra.