Brasilia, bra
El paro renovó los temores sobre el transporte público y la seguridad en Brasil.
Los conductores de autobuses de la segunda ciudad más grande de Brasil iniciaron una huelga de 48 horas en reclamo de un aumento salarial, obligando a cientos de miles de pasajeros a buscar medios alternativos de llegar a sus trabajos y escuelas.
La huelga renovó los temores sobre el transporte público y la seguridad en Río y las otras 11 ciudades que serán sedes de los partidos de la Copa del Mundo, que comienza en menos de un mes.
La semana pasada, los conductores de autobuses en Río realizaron un paro de 24 horas y amenazaron con nuevas medidas si no se cumplen sus demandas, como un aumento salarial del 40 por ciento.
La cámara que congrega a las compañías de transporte, Rio Onibus, dijo que más de 70 autobuses fueron dañados por huelguistas que arrojaban piedras. Los manifestantes también paralizaron el tráfico con barricadas. La semana pasada más de 300 autobuses fueron dañados.
La policía dijo que seis personas fueron arrestadas después de lanzar piedras y trozos de madera contra los autobuses. Otras dos fueron detenidas por intentar detener aquellos autobuses que eran manejados por conductores no huelguistas.
El jefe de prensa de Rio Onibus, Alexandre Almeida, dijo que la huelga impidió que circulara el 84 por ciento de los cerca de 9 mil autobuses de la ciudad. Cerca de 1.9 millones de personas utilizan estos autobuses todos los días para ir y volver del trabajo y la escuela.
Almeida dijo que la huelga “desaceleró las cosas”, pero que no pudo paralizar a Río.