Toronto, Can.
Tras su muerte en Hamilton, Canadá, la familia Wald decidió tener en casa el cuerpo.
Una familia cristiana de Canadá dejó el cuerpo de uno de sus integrantes por seis meses sin ser enterrado, a la espera que Dios lo resucitara, informó la prensa local.
El lunes, Kaling Wald, de 50 años, se declaró culpable de no notificar a las autoridades la muerte de su esposo Peter.
El hombre de 52 años, que sufría de diabetes, tuvo una infección en una de sus piernas a principios de marzo pero se negó a ir al hospital, confiando en que Dios lo curaría. Eventualmente la enfermedad avanzó, lo puso en coma y el hombre murió alrededor del 20 de marzo.
Su esposa cubrió el cuerpo con dos sábanas, selló la puerta de la habitación y las ventanas, para evitar que el olor a descomposición escapara, y esperó pacientemente a que su esposo despertara de la muerte y regresara a su familia.
Creemos en Dios. Pensabamos, está bien, Señor, tú sabes mucho mejor”, dijo Wald durante audiencias en la corte, reportó el diario local Hamilton Spectator.
El cuerpo estuvo en el piso superior de la casa de la familia por más de seis meses, hasta que las autoridades acudieron a la casa a lanzar a la familia, compuesta por seis hijos de entre 11 y 22 años, así como otros seis adultos, debido a que no habían pagado la hipoteca.
La policía descubrió entonces el cuerpo, que ya había sido comido parcialmente por roedores y se había descompuesto lo suficiente como para no poder ser identificado mediante fotografías.
Debido al avanzado estado de descomposición, no se pudo realizar un examen toxicológico, aunque un patólogo declaró que la muerte “muy probablemente se debió a causas naturales”.
Cuando los vecinos preguntaban a la mujer sobre su esposo, ella sólo decía que él estaba “en manos de Dios”.
Wald fue acusada de negligencia al no reportar la muerte de su esposo, así como de no tratar su cuerpo con dignidad, pero luego fue retirado el segundo de ellos.