Afganistán.
Extremistas le mataron a su hijo policía. En respuesta, tomó un arma y los enfrentó.
Reza Gul es una mujer afgana que como tantas otras perdió un hijo a manos de los talibanes, pero, a diferencia de las demás, cuando ella se enteró de lo sucedido —cuentan los medios locales y lo ha reconocido el gobierno—, tomó una Kaláshnikov para matar a 25 insurgentes.
Reza Gul se ha convertido en un símbolo del valor para todos los afganos y de inspiración para las mujeres que luchan por defender sus derechos en un país donde no ser hombre no es precisamente sencillo.
Hace dos semanas que la proeza de Gul circula por los medios de comunicación y las redes sociales en Afganistán, donde ya la comparan con Malala de Maiwand, la heroína de las luchas de los pastunes contra lo ocupación británica a finales del siglo XIX.
Para la mayoría, la venganza de Gul es un acto de valentía de una madre y una bofetada en la cara de los talibanes. El miércoles pasado el gobierno afgano la reconoció otorgándole a través del primer vicepresidente, Abdul Rashid Dostum, la orden de Malala de Maiwand.
La historia de esta mujer de 40 años comenzó el 17 de noviembre, cuando cientos de talibanes lanzaron un ataque en el distrito de Balabolok, provincia suroccidental de Farah.