CDMX
La estabilidad de la Antártida y la cantidad de hielo que se desplaza hacia las costas de ese continente está en riesgo por el cambio climático, advirtieron expertos.
La semana pasada, fueron divulgadas las imágenes del desprendimiento de un cuerpo gigante de hielo de la plataforma Brunt, en la Antártida.
Este cuerpo de agua congelada tiene una superficie de unos mil 550 kilómetros cuadrados, el equivalente a la superficie de Londres.
Este evento ocurrió cuando la grieta Chasm-1 se extendió por toda la plataforma y sucedió diez años después de que los científicos del instituto British Antarctic Survey alertaron del crecimiento de grietas en el hielo, de acuerdo con National Geographic.
Fabrice Lambert, académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, explicó que este desprendimiento se trata de un fenómeno natural en el continente del extremo sur del planeta.
Estos acontecimientos generan efectos tanto negativos como positivos para esta zona.
Por un lado, en el hielo de la Antártida no sólo hay agua, hay nutrientes, hay minerales, hay polvo, nutrientes que pueden favorecer a los seres de la zona.
Cuando se derriten estos icebergs, hay nutrientes que salen en el agua y que pueden entonces ser útiles para el fitoplancton, las pequeñas algas que están en el agua, estos seres pueden ocupar estos nutrientes, pues para crecer necesitan no solamente agua”, explicó a Excélsior el experto en asuntos climáticos.
Sin embargo, el efecto negativo ocurre cuando se cambia el nivel de salinidad del agua, pues estos microorganismos están adaptados a cierto nivel.
Los icebergs son masas gigantescas de agua dulce y al desplazarse hacia el norte y tener contacto con el agua salada de los océanos se modifica la salinidad de los cuerpos de agua, agregó Lambert.
Se trata de un proceso conocido como freshening, cuyos efectos aún están bajo investigación.
“En el futuro, conocer cómo los organismos se van a adaptar al cambio climático global tanto en los cambios de temperatura y salinidad es fundamental para conocer las adaptaciones que van a tener esos organismos”, alertó Lorena Rebolledo, oceanógrafa del Instituto Antártico Chileno (INACh) en el marco de la Expedición Científica Antártica (ECA) 55, un grupo de investigadores que viajó a la región en el verano de 2019.
En su reporte, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas alertó que para 2050, el deshielo de los polos de la Tierra afectará a mil millones de personas.
Para 2100, está previsto que el aumento medio del mar en todo el mundo se sitúe entre 0.4 metros (para el escenario de emisiones más bajo, en el que las emisiones de dióxido de carbono tendrían que reducirse a cero neto para 2050) y 0.8 metros (para el escenario de emisiones más alto) por encima de la media de 1995-2014.
El desprendimiento de los icebergs es algo natural porque en el centro de la Antártica hay nieve que al caer añade más hielo, entonces hay que perder este hielo para conservar el equilibrio, detalló Lambert.
“Que una plataforma de hielo pierda los icebergs es un proceso natural. Ahora cuando la plataforma pierde icebergs y pierde tamaño muy rápidamente eso se llama desintegración de la plataforma de hielo”, agregó.
En el contexto del cambio climático global, el océano se pone también más cálido, estas plataformas se hacen más inestables, porque se están derritiendo desde abajo.
Además, en zonas donde hay aire más cálido, pueden producir fracturas que finalmente llevan a la desintegración completa o parcial de la plataforma, agregó.
“Eso no es natural, eso se debe al cambio climático”, detalló.
“El derretimiento sin precedentes de las capas de hielo y los glaciares de Groenlandia y la Antártida es ahora el mayor contribuyente al aumento del nivel del mar a nivel global y afectará a cientos de millones de personas”, alertó el doctor Peter Winsor, director del Programa del Ártico del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).