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Una ola de calor se está gestando en el fondo del océano Atlántico, en América del Norte, con capacidad de alterar los ecosistemas del planeta, alertaron científicos.
En un artículo publicado en la revista Nature Communications, un equipo dirigido por investigadores de la NOAA utilizó una combinación de observaciones y modelos informáticos para generar la primera evaluación amplia de las olas de calor marinas en el fondo de las aguas productivas que rodean a América del Norte.
“Los investigadores han estado estudiando las olas de calor marinas en la superficie del mar durante más de una década”, dijo el autor principal Dillon Amaya, investigador del Laboratorio de Ciencias Físicas de la NOAA.
“Ésta es la primera vez que hemos podido sumergirnos realmente más profundo y evaluar cómo se desarrollan estos eventos extremos”, agregó.
Las olas de calor marinas impactan drásticamente en la salud de los ecosistemas oceánicos en todo el mundo, interrumpiendo la productividad y distribución de organismos tan pequeños como el plancton y tan grandes como las ballenas. Como resultado, ha habido un esfuerzo considerable para estudiar, rastrear y predecir el momento, la intensidad, la duración y los impulsores físicos de estos eventos.
Alrededor de 90% del exceso de calor del calentamiento global ha sido absorbido por el océano, que se ha calentado alrededor de 1.5 °C durante el último siglo. Las olas de calor marinas se han vuelto 50% más frecuentes durante la última década.
Debido a la relativa escasez de conjuntos de datos de temperatura del agua del fondo, los científicos utilizaron un producto de datos llamado “reanálisis” para realizar la evaluación, que comienza con las observaciones disponibles y emplea modelos informáticos que simulan las corrientes oceánicas y la influencia de la atmósfera para “completar los espacios en blanco.” Usando una técnica similar, los científicos de la NOAA pudieron reconstruir el clima global desde principios del siglo XIX.
El equipo de investigación encontró que, en las plataformas continentales alrededor de América del Norte, las olas de calor marinas en fondo tienden a persistir por más tiempo que sus contrapartes superficiales y pueden tener señales de calentamiento más grandes que las aguas superficiales suprayacentes. Las olas de calor marinas en fondo y en superficie pueden ocurrir simultáneamente en el mismo lugar, especialmente en regiones menos profundas donde las aguas superficiales y del fondo se mezclan.
Pero las olas de calor en el fondo marino también pueden ocurrir con poca o ninguna evidencia de calentamiento en la superficie, lo que tiene implicaciones importantes para la gestión de pesquerías comercialmente importantes. “Eso significa que puede estar sucediendo sin que los gestores pesqueros se den cuenta hasta que los impactos comiencen a notarse”, advirtió Amaya.