CDMX
Una comisión determinó que 80% de la hilera de boyas está ubicada en el río Bravo, a la altura de Piedras Negras; el Departamento de Justicia pidió el análisis como parte de una demanda contra el gobernador Greg Abbott
El gobernador de Texas, Greg Abbott, gastó un millón de dólares por instalar el muro flotante en el río Bravo, como parte de sus políticas antimigrantes.
De acuerdo con un reporte de la revista Newsweek, esta inversión está destinada a frenar a ciudadanos que quieran ingresar a territorio estadunidense.
El 3 de agosto pasado, fueron hallados los cuerpos sin vida de dos migrantes en el muro de boyas instalado en el río Bravo por el gobierno de Texas.
Según confirmó la Cancillería mexicana, uno de ellos era de origen hondureño.
La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) determinó que 80% de este muro flotante, que ordenó el gobernador Greg Abbott, se ubica en nuestro país.
Integrada por comisionados de Estados Unidos y de México, la CILA divulgó en imágenes cómo el obstáculo texano está a la altura de Piedras Negras, Coahuila.
La comisión determinó que de 995 pies (303 metros) que mide el obstáculo con boyas, 787 pies (239.87 metros) se encuentran en México.
Entonces, 208 pies (63.39 metros) es el único tramo que está en Estados Unidos.
El documento con estas conclusiones fue presentado el martes pasado ante un tribunal federal estadunidense.
La CILA realizó este análisis a petición del Departamento de Justicia, que presentó una demanda contra el gobierno de Texas por obstaculizar vías de navegación federales sin pedir permiso ni notificar.
“La mayor parte de la barrera flotante se encuentra dentro del territorio de México”, afirmó la demanda del Departamento de Justicia contra la administración Abbott.
La oficina del gobernador, quien pertenece al Partido Republicano, no respondió a la CILA.
Estados Unidos y México coincidieron en que funcionarios de ambas partes se encuentran ahora “en conversaciones sobre cómo proceder con respecto a la parte de la barrera flotante que se encuentra dentro del territorio de México”.
A finales de julio, el Departamento de Justica presentó una demanda contra Texas por la barrera. La respuesta de Abbott fue que “nos vemos en la corte”.
Según el gobernador de Texas, la demanda del Departamento de Justicia llegará a la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, la conclusión de la CILA también confirma las declaraciones que dio la semana pasada la canciller mexicana, Alicia Bárcena Ibarra, en conferencia con el secretario de Estado, Antony Blinken.
“Estamos hablando de una situación que es muy delicada porque está realmente en la frontera, en nuestros ríos, en el río Bravo, en el río Grande, pero la mayor parte de las boyas están del lado mexicano”, dijo Bárcena en su visita a Washington.
En julio pasado, el mandatario local anunció la instalación del muro y criticó al gobierno de Joe Biden.
“Estamos asegurando la frontera desde la frontera. Lo que estas boyas nos permitirán es impedir que la gente llegue siquiera a la frontera”, advirtió.
Estas boyas se suman al alambre de púas que separa en la orilla texana del río.
Se trata de una zona con intenso flujo de civiles que buscan ingresar a suelo estadunidense.
Tras la suspensión del Título 42, que limitaba el acceso de indocumentados, en mayo, disminuyeron los cruces en los límites de México y Estados Unidos.
Según la cadena CNN, en junio hubo tres mil 400 encuentros diaros entre migrantes y autoridades.
Se trata de una reducción por debajo de los diez mil encuentros diarios en las semanas previas al fin de la medida migratoria.
Los ciudadanos mexicanos, hondureños y guatemaltecos son quienes más figuran en los intentos de cruzar.