CDMX
Un nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha concluido que es más probable que la Inteligencia Artificial Generativa (IA) aumente los puestos de trabajo que los destruya, automatizando algunas tareas en lugar de asumirlas por completo.
El estudio Generative AI and Jobs: A global analysis of potential effects on job quantity and quality, sugiere que la mayoría de los empleos e industrias están sólo parcialmente expuestos a la automatización y es más probable que sean complementados qué sustituidos por la última ola de IA Generativa, como el chat GPT.
Por tanto, es probable que el mayor impacto de esta tecnología no sea la destrucción de empleo, sino más bien los cambios potenciales en la calidad de los puestos de trabajo, en particular la intensidad del trabajo y la autonomía.
El trabajo administrativo es la categoría con mayor exposición tecnológica, con casi una cuarta parte de las tareas consideradas altamente expuestas y más de la mitad de las tareas con una exposición de nivel medio. En otros grupos profesionales, como los directivos, los profesionales y los técnicos, sólo una pequeña parte de las tareas se consideraba muy expuesta, mientras que aproximadamente una cuarta parte tenía un nivel de exposición medio.
El estudio, de alcance mundial, documenta notables diferencias en los efectos sobre países con distintos niveles de desarrollo, vinculadas a las estructuras económicas actuales y a las brechas tecnológicas existentes. Se constata que 5.5% del empleo total en los países de renta alta está potencialmente expuesto a los efectos automatizadores de la tecnología, mientras que en los países de renta baja el riesgo de automatización sólo afecta a un 0,4% del empleo. Por otra parte, el potencial de aumento es casi igual en todos los países, lo que sugiere que, con las políticas adecuadas, esta nueva ola de transformación tecnológica podría ofrecer importantes beneficios a los países en desarrollo.
RETO EN LAS POLÍTICAS
El documento de la OIT concluye que las repercusiones socioeconómicas de la IA Generativa dependen en gran medida de cómo se gestione su difusión. Aboga por la necesidad de diseñar políticas que apoyen una transición ordenada, justa y consultiva.
La voz de los trabajadores, la capacitación y una protección social adecuada serán claves para gestionar la transición. De lo contrario, se corre el riesgo de que sólo unos pocos países y participantes en el mercado bien preparados se beneficien de la nueva tecnología.
Los autores señalan que “los resultados de la transición tecnológica no están predeterminados. Son los humanos los que están detrás de la decisión de incorporar tales tecnologías y son los humanos los que deben guiar el proceso de transición”.