Washington.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, anunció este domingo que el Departamento de Justicia ha abierto una investigación por crimen racial tras el asesinato de tres afroamericanos por parte de un supremacista blanco el sábado en Jacksonville, Florida.
"Nadie en este país debería vivir con miedo a la violencia alimentada por el odio y ninguna familia debería tener que lamentar la pérdida de un ser querido por la intolerancia", condenó Garland en un comunicado.
El fiscal general detalló que su departamento está investigando el tiroteo de Jacksonville como "un crimen de odio y un acto de extremismo violento por motivos raciales".
Según la policía, Palmeter escribió varios manifiestos para sus padres, los medios de comunicación y los agentes federales, en los que detallaba su odio hacia los afroestadounidense.
El alguacil T K Waters dijo en conferencia de prensa que esos manifiestos "detallaban la repugnante ideología de odio del autor del tiroteo. En pocas palabras: este tiroteo tuvo una motivación racial y [Palmeter] odiaba a los negros".
Según Waters, “el manifiesto es, francamente… el diario de un loco", dijo. "Sabía lo que hacía. Estaba 100% lúcido. Sabía lo que hacía y, de nuevo, es decepcionante que alguien llegue a estos extremos para hacer daño a otra persona".
Palmeter, de 21 años, republicano registrado, envió un mensaje de texto a su padre minuto santes de iniciar su ataque, pidiéndole que revisara su computadora, que contenía los manifiestos.
Las pruebas han llevado a las autoridades a creer que Palmeter eligió el 26 de agosto para atacar con el fin de coincidir con el tiroteo de 2018 en un torneo de videojuegos que dejó dos muertos y nueve heridos.
El ataque de Palmeter ocurrió además un día antes del 63 aniversario del peor incidente racista en Jacksonville, conocido como "Ax Handle Saturday", en el que 200 miembros del Ku Klux Klan atacaron a manifestantes negros que realizaban una sentada en negocios donde los propietarios blancos les impedían la entrada.
Los miembros del KKK iban armados con bates y mangos de hacha, y golpearon a los manifestantes mientras la policía observaba y se negaba a actuar hasta que una banda callejera afroestadounidense acudió a interferir. Solo fueron detenidas personas afroestadounidenses.
Garland expresó su "más sentido pésame" a los familiares de las víctimas y prometió que el Departamento de Justicia "nunca dejará de trabajar para proteger" a los ciudadanos del odio.
Palmeter utilizó un fusil largo y una pistola de marca Palmetto que había comprado de forma legal y en la que había pintado una esvástica. El alguacil afirmó que el problema no era la disponibilidad de armas, sino que el asesino era "un mal tipo". Instó a la gente a no "buscar sentido a un acto de violencia sin sentido".
Las víctimas son Angela Carr, 7de 52 años, asesinada en su vehículo frente a la tienda; el trabajador del negocio A.J. Laguerre, de 19 años, quien fue tiroteado mientras intentaba escapar; y Gerrald Gallion, de 29 años, disparado al entrar al establecimiento.
Antes del ataque, el asesino había intentado acceder a la Universidad Edward Waters, un centro educativo tradicionalmente para la comunidad negra, pero un encargado de seguridad le negó la entrada porque no quiso identificarse.