CDMX
Las detenciones por cruzar ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos aumentaron 33% de junio a julio, según cifras del gobierno estadounidense publicadas el viernes, lo que marca un cambio en las tendencias luego del desplome que se dio tras la introducción de nuevas restricciones al asilo en mayo.
El gobierno del presidente Joe Biden insistió en que su estrategia del garrote y la zanahoria, que amplía las rutas legales para entrar al país e impone medidas más punitivas a quienes entran ilegalmente, está funcionando. Señaló que los cruces ilegales seguían siendo 27% menos que los de julio de 2022, y que estaban muy por debajo de los días que precedieron a las nuevas normas de inmigración.
El aumento de junio a julio se vio impulsado por una mayor presencia de familias que viajaban con niños, que casi se duplicó hasta 60.161 detenciones.
Arizona se volvió mucho más concurrida a pesar del calor en sus remotos desiertos, un cambio que, según las autoridades, se debió a la falsa publicidad de los contrabandistas de que era más fácil cruzar por allí y ser liberado en Estados Unidos. El área de Tucson registró 39.215 arrestos en julio, un incremento de 60% con respecto a junio y más del doble en comparación con julio de 2022, convirtiéndose en el más transitado de nueve sectores geográficos a lo largo de la frontera. John Modlin, jefe de la Patrulla Fronteriza en el sector Tucson, ha dicho que en el primer fin de semana de agosto fueron detectados varios grupos grandes, incluido uno de 533 personas oriundas de 17 países cerca del alejado poblado de Lukeville.
“Nos mantenemos vigilantes y seguimos ajustando nuestros planes operativos para maximizar las tareas policiales contra las personas que no utilizan vías o procesos legales, sabiendo que los contrabandistas siguen utilizando la desinformación para aprovecharse de las personas vulnerables”, dijo Troy Miller, comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
La Patrulla Fronteriza realizó 132.652 detenciones de migrantes en julio a lo largo de la frontera sur, una cifra superior a las 99.545 detenciones de junio, pero inferior a las 181.834 de julio de 2022.
Se preveía ampliamente que los cruces aumentaran después de que las restricciones al asilo relacionadas con la pandemia de COVID-19 terminaran el 11 de mayo, pero cayeron en junio a la segunda más baja de la presidencia de Biden después de la imposición de reglas que hacen extremadamente difícil obtener asilo al cruzar la frontera ilegalmente.
Las últimas cifras también reflejan un fuerte aumento en el uso de la aplicación móvil CBP One del gobierno, con la cual hasta 1.450 migrantes pueden obtener citas cada día en los cruces terrestres con México para solicitar asilo. Durante el mes de julio, las autoridades admitieron a más de 50.000 migrantes en los cruces oficiales, incluidos más de 44.700 con citas de CBP One.
Las autoridades estadounidenses también admitieron a un gran número de cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos que tenían patrocinadores financieros y llegaron a un aeropuerto. Desde el lanzamiento del permiso de entrada por razones humanitarias para esas nacionalidades el año pasado, más de 72.000 haitianos, 63.000 venezolanos, 41.000 cubanos y 34.000 nicaragüenses habían sido admitidos hasta finales de julio tras pasar un proceso de revisión. Texas y otros estados gobernados por republicanos han impugnado el programa para esas nacionalidades, y un juicio está previsto para la próxima semana en Victoria, Texas.
Estados Unidos enfrenta intensa presión debido a la migración a través de Sudamérica, que había descendido ligeramente en mayo y junio. Hasta julio de este año, casi 252.000 migrantes cruzaron la selva del Darién en Panamá, la cual separa a ese país de Colombia. Eso superó lo que había sido un total récord para 2022.
La mayor parte de los migrantes que cruzaron el Darién eran venezolanos, aproximadamente el 55% del total durante los primeros siete meses del año. Gran parte del resto eran ecuatorianos y haitianos, y también algunos migrantes provenientes de Asia y África. Representantes de organizaciones no gubernamentales y algunas agencias de las Naciones Unidas dicen que muchos de los que cruzan no están al tanto de los cambios en las políticas de Estados Unidos, o reciben desinformación de parte de contrabandistas de personas.
Recientemente el gobierno de Panamá expresó su frustración por el creciente número cuando criticó a Colombia por no hacer más al respecto.