El martes pasado, el Congreso de Colombia dio un paso histórico al aprobar la prohibición de las corridas de toros y otros espectáculos que involucran maltrato animal, con efecto a partir de 2027. Esta decisión marca un hito en un país con una fuerte tradición taurina en América. Con una contundente votación de 93 a favor y solo 2 en contra, la Cámara Baja dio el visto bueno al texto, que ahora solo espera la firma del presidente, Gustavo Petro, conocido por su postura abiertamente antitaurina, para convertirse en ley.
En el período de tres años antes de que entre en vigor la prohibición, el Gobierno se compromete a buscar alternativas laborales para aquellos trabajadores que dependen directa o indirectamente de la tauromaquia.
El congresista Juan Carlos Losada, uno de los defensores del proyecto, calificó la decisión como un "hito histórico", destacando que Colombia deja de formar parte de la lista de países que aún consideran la tauromaquia como parte de su cultura, equiparándola así a la tortura animal.
La aprobación fue celebrada por el presidente Petro, quien expresó su felicitación a quienes trabajaron para que la muerte no sea considerada un espectáculo. El texto aprobado también incluye la prohibición de otros eventos similares que involucran maltrato animal, como las corridas de becerros y vaquillas, aunque la autorización o prohibición de estas actividades dependerá de las decisiones de los gobiernos locales, según una sentencia de la Corte Constitucional de 2018.
Colombia se une a una lista creciente de países en la región que han prohibido la tauromaquia, como Brasil, Chile, Argentina, Uruguay y Guatemala. Esta medida ha sido objeto de debate en los últimos años, enfrentando a congresistas ambientalistas contra opositores, en su mayoría de partidos de derecha, acusados de defender intereses particulares de los organizadores de estos eventos. En 2020, un proyecto similar estuvo cerca de ser aprobado, pero finalmente fue archivado.
Los argumentos a favor de la prohibición señalan que las corridas, herencia cultural de la colonización española, van en contra de otros derechos constitucionales como un medio ambiente sano, la dignidad humana y el reconocimiento de los animales como seres sintientes sujetos de protección especial contra el maltrato y la violencia.
Según encuestas recientes, el 85% de los colombianos se oponen a las corridas de toros, respaldando así la postura de los defensores de la prohibición. El debate en el Congreso contó con la participación de dirigentes locales, alcaldes, representantes ganaderos, trabajadores de ferias taurinas y diversos grupos activistas por los derechos de los animales.
A nivel internacional, siete países aún celebran ferias taurinas, pero algunos han tomado medidas para limitar la violencia contra los animales. En Ecuador, por ejemplo, está prohibido matar al toro, mientras que, en México, Perú y Venezuela, se han registrado acciones tanto a favor como en contra de las corridas de toros en los últimos años.