En Japón, la creatividad de los turistas ha superado todas las expectativas. En el pueblo de Fujikawaguchiko, las autoridades decidieron instalar una enorme pantalla negra de 2.5 metros de alto y 20 metros de largo para detener a los visitantes que arriesgaban su vida y la paciencia de los locales por conseguir la foto perfecta del Monte Fuji. Pero los turistas no se quedaron de brazos cruzados: ¡al día siguiente ya había agujeros en la pantalla!
La pantalla, que costó 1.3 millones de yenes (unos $6,485 dólares), se llenó rápidamente de huecos justo del tamaño de una lente de cámara, todos a la altura de los ojos. Resulta que los turistas se las ingeniaron para seguir capturando la majestuosa vista del Monte Fuji. ¡Increíble!
Uno de los lugares más populares para estas fotos es frente a una tienda Lawson, donde, con el ángulo adecuado, parece que el Monte Fuji se posa sobre el techo del edificio. Los locales habían estado quejándose de que los turistas bloqueaban la acera, caminaban por calles transitadas y hasta invadían propiedades privadas para conseguir sus fotos.
A pesar de estos inesperados agujeros, las autoridades aseguran que la pantalla, junto con otras medidas adicionales, ha logrado disminuir la presión del turismo excesivo. Este fenómeno, conocido como "overturismo", afecta no solo a Japón, sino a muchos otros lugares en el mundo, como Venecia, donde ahora cobran una tarifa de entrada a los turistas en ciertos días para proteger la ciudad.
Pero volviendo a Japón, es evidente que ni una pantalla negra de millones de yenes puede detener a un turista decidido a capturar la belleza del Monte Fuji. Al final del día, la lucha por la foto perfecta continúa, y los agujeros en la pantalla negra se han convertido en un curioso recordatorio de la tenacidad y creatividad de los viajeros.