Lions humillan a Ravens con contundente victoria en Baltimore

Y vaya que lo lograron.
Desde el primer cuarto, quedó claro que este no sería otro partido cualquiera para los Ravens. "Nos faltó físico hoy, punto", admitiría después el entrenador John Harbaugh, cuya racha de 22-4 en juegos prime-time como local estaba en juego. Mientras Jahmyr Gibbs y David Montgomery acumulaban yardas como si la defensiva de Baltimore fuera de práctica, Jared Goff operaba con una calma que rara vez se ve en visitantes.
Los números no mienten:
Pero Baltimore, acostumbrado a remontar, tuvo oportunidades. Derrick Henry perdió su segundo balón suelto en posiciones clave en tres semanas, regalando a Detroit el balón en la yarda 16. Aún así, los Lions no pudieron cerrar el partido allí, conformándose con un gol de campo tras una penalización por máscara facial que detuvo su impulso.
La jugada que selló todo llegó en los dos minutos finales. Con los Lions arriba 31-24, Goff conectó un pase de 21 yardas con St. Brown en una arriesgada jugada de cuarta oportunidad. Acto seguido, Montgomery, quien terminó la noche con 151 yardas, escapó para un touchdown de 31 yardas que dejó sin aire a los Ravens.
Jackson intentó lo suyo, lanzando su tercer pase de touchdown del partido a Mark Andrews con 29 segundos por jugarse. Pero la conversión de 2 puntos falló, el onside kick no tuvo magia, y Detroit simplemente dejó correr el reloj para confirmar lo que ya era evidente desde el tercer cuarto: esta noche, los Lions fueron más fuertes, más inteligentes y, sobre todo, más hambrientos.
Lo curioso es cómo empezó todo: Gibbs anotando desde la yarda 1 en el primer drive, Henry respondiendo con una carrera de 28 yardas, Montgomery cerrando una marcha de 98 yardas que consumió casi 11 minutos de reloj... Un intercambio de golpes que prometía un clásico, pero que terminó siendo el preámbulo de una demostración de fuerza que pocos vieron venir.