En California, las acciones ejecutivas del presidente Biden podrían cambiar drásticamente el panorama de las solicitudes de asilo en la frontera con México. La orden, que permitiría a los agentes fronterizos devolver de inmediato a los migrantes a México sin considerar sus solicitudes de asilo, ha generado opiniones encontradas.
La Casa Blanca argumenta que estas medidas traerán orden a la frontera, mientras que los defensores de los inmigrantes temen que aumente el caos y la peligrosidad en la zona. Los cruces fronterizos diarios superan ya los 2,500, activando así las nuevas reglas que podrían llevar a deportaciones rápidas o devoluciones a México en cuestión de horas o días, sin tener en cuenta las solicitudes de asilo.
Los defensores de los migrantes consideran que la orden de Biden va en contra de acuerdos internacionales que permiten solicitar asilo a quienes pisen suelo estadounidense. Mientras tanto, la ruta de tráfico de migrantes se ha desplazado hacia California debido a la situación en Texas y al aumento de la temperatura que ha cobrado vidas cerca de El Paso.
Algunos políticos, como el alcalde de San Diego, apoyan la decisión del presidente, argumentando la necesidad de reformar el sistema migratorio. Sin embargo, otros, como el senador Alex Padilla, critican la medida y la comparan con la "prohibición de asilo" de Trump. La Unión Americana de Libertades Civiles planea impugnar la orden en los tribunales, como lo hizo con órdenes similares en el pasado.