El 15 de agosto, la ciudad de Athens, Tennessee, fue perturbada por un grave incidente. Una iglesia histórica fue incendiada, causando daños significativos. La investigación reveló que el incendio fue precedido por un asesinato: un hombre mató a una mujer en el lugar antes de prender fuego al edificio.
Las autoridades revelaron que el cuerpo de una mujer, Linda Buchanan, fue encontrado entre las ruinas de la iglesia. La investigación inicial determinó que la mujer no había muerto a causa del fuego, sino que había sido asesinada antes de que se iniciara el incendio.
Las cámaras de seguridad de la zona captaron imágenes de Kyle Jay Hickox entrando y saliendo de la propiedad de la iglesia en varias ocasiones durante la noche del incendio. Estas imágenes fueron claves para la investigación, que lo señalaron como el principal sospechoso.
En las grabaciones, se observa a Hickox corriendo hacia la cercana Universidad Wesleyana de Tennessee y entrando en un edificio de mantenimiento. Un trabajador que se encontraba en el lugar le ordenó que se marchara, a lo que Hickox respondió con una frase escalofriante: “Traeré el agua de Dios”. Minutos después, se le vio corriendo hacia la iglesia St. Mark AME Zion y entrando por la puerta trasera.
Un análisis de las imágenes de vigilancia reveló que Hickox se quitó la camisa después del incendio y se la envolvió en una mano, utilizando una manguera para rociar su cuerpo, como si intentara eliminar cualquier rastro de evidencia.
Tras una exhaustiva investigación, la policía ejecutó una orden de allanamiento en la casa de Hickox, donde encontraron ropa que se presume llevaba puesta la noche del incendio. Análisis de ADN realizados en la sangre encontrada en el zapato izquierdo de Hickox confirmaron que coincidía con la sangre de la víctima.
Hickox fue arrestado y acusado de asesinato en segundo grado. A pesar de su detención, fue liberado posteriormente. Este caso, que ha conmocionado a la comunidad de Athens, sigue bajo investigación.