La noticia del enfrentamiento legal entre la diseñadora venezolana Carolina Herrera y la empresaria peruana María Carolina Herrera ha capturado la atención de muchos, sobre todo por la ironía de que ambas mujeres compartan no solo el apellido, sino también una predilección por el número 212: la casa de María Carolina en Ate-Vitarte lleva la misma numeración que la línea de perfumes de la famosa diseñadora.
La disputa se centra en el uso del apellido "Herrera" en el emprendimiento de jabones de María Carolina, "La Jabonera by María Herrera". A primera vista, la batalla parece un David contra Goliat: la pequeña empresa peruana con 136 seguidores en Instagram contra un imperio de moda con más de 350 tiendas alrededor del mundo.
Sin embargo, la historia de María Carolina no se queda atrás. Su pasión por el bienestar animal la ha llevado a financiar la esterilización de mascotas con las ganancias de su negocio, un gesto que la coloca en un terreno moralmente más alto que la diseñadora de alta costura.
¿Y qué hay del hijo de María Carolina, Darío Morales? Este joven abogado, egresado de la carrera de Derecho, fue quien registró la marca "La Jabonera by María Herrera" como regalo de Navidad para su madre. En un giro inesperado, Darío se convirtió en el defensor de su madre en la batalla legal contra la empresa de Carolina Herrera.
¿Cómo se resolvió el caso? INDECOPI, el organismo peruano encargado de la protección de la propiedad intelectual, determinó que no existía riesgo de confusión entre las marcas "Carolina Herrera" y "La Jabonera by María Herrera". La resolución también establece que otorgar el derecho exclusivo sobre el apellido "Herrera" a la diseñadora habría limitado injustamente el uso del mismo por otras personas.