Después de 34 años en prisión, Benjamin Spencer, un hombre de Texas, finalmente ha recuperado su libertad. Un juez del condado de Dallas ha desestimado el caso en su contra, declarándolo inocente del delito de agresión agravada por el que fue condenado en 1987.
El juez dio luz verde a la moción de la oficina del fiscal de distrito del condado de Dallas para desestimar el caso contra Spencer. La fiscal adjunta Cynthia Garza, quien dirige la Unidad de Integridad de Condenas, ha declarado que no existe evidencia creíble o física que vincule a Spencer al crimen.
La historia de Spencer es un testimonio de las fallas del sistema de justicia penal. Los testigos de la acusación, incluido un informante de la cárcel que buscaba clemencia, dieron falso testimonio. Además, los fiscales de la época no compartieron con la defensa pruebas que habrían descartado a Spencer del crimen, como huellas dactilares.
Spencer, quien siempre ha mantenido su inocencia, ha pasado décadas luchando para demostrar su inocencia. Su condena inicial fue revocada en 1987, pero luego fue juzgado de nuevo y declarado culpable, sentenciado a cadena perpetua por robo agravado. Fue liberado bajo fianza en 2021 después de que la oficina del fiscal de distrito descubriera las violaciones a sus derechos constitucionales.
La decisión del juez de exonerar a Spencer es una victoria para la justicia. Sin embargo, la historia de Spencer nos recuerda la importancia de la reforma del sistema de justicia penal. Es necesario garantizar que las personas no sean condenadas injustamente, y que aquellos que han sido condenados injustamente tengan la oportunidad de recuperar su libertad.