Sin embargo, Temple ha decidido no seguir adelante con la transacción, dejando a muchos con la incógnita sobre el futuro de la institución artística.
Tras un exhaustivo proceso de diligencia debida, que normalmente se extiende por un año o más, Temple no logró encontrar una solución que beneficiara a su comunidad y misión. La decisión, aunque no fue fácil, se tomó después de "una exhaustiva evaluación de las posibilidades", según un comunicado de la universidad.
Uno de los principales obstáculos para la fusión fue la resistencia del Hamilton Family Charitable Trust, un donante clave de UArts, que no quería que la dotación de la universidad privada sin fines de lucro fuera parte de la transacción. Esta oposición podría haber sido decisiva para el desenlace final.
A pesar de que la fusión no se concretó, Temple se ha comprometido a preservar el legado artístico de UArts, explorando oportunidades con otras organizaciones sin fines de lucro para revitalizar las instalaciones de la institución. También ha demostrado su apoyo a los estudiantes de UArts, admitiendo a más de 330, incluyendo estudiantes potenciales y antiguos.
Temple ha brindado asistencia financiera a los estudiantes de UArts, garantizando que no paguen una matrícula más alta, y ha acelerado la creación de un programa de licenciatura en ilustración y medios emergentes para apoyar a los estudiantes que se incorporan.
La decisión de Temple ha generado una mezcla de reacciones. Algunos lamentan la pérdida de una posible fusión que podría haber beneficiado a ambas universidades, mientras que otros reconocen la complejidad del proceso y la importancia de tomar decisiones estratégicas que aseguren el bienestar de la comunidad universitaria.