Shane Killian, un padre de familia de 54 años, se ha enfrentado a la justicia, acusándosele de un acto de horror que ha dejado cinco vidas sin aliento. El pasado 10 de julio, la vivienda familiar se convirtió en escenario de una masacre que enlutó a la ciudad.
Killian, quien en 2011 cumplió una condena de 60 días en Carolina del Norte por agresión a un oficial, se enfrenta a una posible sentencia de cadena perpetua si se le encuentra culpable de todos los cargos con agravantes. Los cuerpos sin vida de sus dos pequeños hijos, William Andrew de 6 años y Wesley James de 1 año, fueron hallados junto a los de su esposa Brenda Natali Morales de 36 años y sus suegros, Miguel Ángel Carcamo Ramírez de 70 años. La identidad de la quinta víctima aún permanece bajo reserva.
El pequeño Wesley James Killian, de apenas un año, luchó por su vida tras el tiroteo, pero lamentablemente falleció debido a la gravedad de sus heridas. La noticia de este trágico suceso ha causado consternación y dolor en la comunidad de Alameda, donde las familias de las víctimas eran conocidas por su amabilidad y sentido de comunidad.
El futuro de Shane Killian pende de un hilo. Su próxima cita con la justicia está programada para octubre, donde deberá responder por los terribles hechos que se le imputan.