Brown. La mujer de 49 años disfrutaba de una noche tranquila en su porche, en la cuadra 11800 de South Indiana Avenue, junto a un acompañante, cuando un vehículo oscuro irrumpió de manera devastadora su vida. Desde el interior del vehículo, un individuo desconocido abrió fuego, disparando a ciegas hacia la pareja.
La ciudad de Chicago, acostumbrada a la violencia, se enfrentaba a otro capítulo de su historia. La respuesta fue inmediata: el acompañante, que contaba con una licencia para portar armas de fuego, repelió la agresión. Sin embargo, la tragedia ya se había consumado.
La mujer recibió impactos de bala en la cara y el brazo. A pesar de los esfuerzos del cuerpo de bomberos de Chicago, que la trasladó al hospital Roseland en estado crítico, la vida de Katrina se apagó.
Las autoridades, tras el incidente, recuperaron un arma de fuego en la escena del crimen y la policía del área 2 se encuentra investigando a fondo el caso. Hasta el momento, no se ha reportado ninguna detención. Este asesinato se suma a la lista cada vez más larga de víctimas de la violencia armada en Chicago, un problema que preocupa a la comunidad.