Un trágico accidente de tránsito arrebató la vida de un niño de dos años que jugaba con su triciclo en la entrada de su casa. El pequeño se convirtió en la víctima de una camioneta conducida por un joven de 19 años, Joshua Montero, quien, según las autoridades, se encontraba bajo los efectos del alcohol.
El relato del incidente es desgarrador: los padres del niño observaban a sus hijos jugar en el callejón sin salida frente a su vivienda cuando una camioneta Toyota Tacoma se aproximó a gran velocidad. Pese a las súplicas de los padres para que aminorara, el vehículo continuó su marcha, impactando al pequeño en su triciclo azul.
Las marcas de sangre en el asfalto dan cuenta de la brutalidad del impacto. La camioneta, conducida por Montero, arrastró al niño y al triciclo varios metros antes de detenerse. Vecinos, conmovidos por la tragedia, acudieron en ayuda del pequeño, aplicándole RCP hasta la llegada de los paramédicos. Sin embargo, el niño no logró sobrevivir.
Los agentes que atendieron el accidente encontraron a Montero con un fuerte olor a alcohol en el aliento y ojos inyectados en sangre. Una prueba de campo de sobriedad realizada en la cárcel del condado de Lake arrojó resultados positivos, con un nivel de alcohol en sangre por encima del límite legal para su edad.
La investigación continúa abierta y se espera que arroje más detalles sobre el accidente, pero la tragedia ha conmocionado a la comunidad, recordando los riesgos que conlleva conducir bajo los efectos del alcohol.