Las autoridades locales ya han emitido alertas de marejada ciclónica, previendo inundaciones que podrían poner en riesgo la vida de los habitantes.
Francine se dirige hacia una zona de la costa de Louisiana que aún no se ha recuperado por completo de los devastadores huracanes Laura, Delta e Ida, que azotaron la región en los últimos años.
El gobernador de Louisiana, Jeff Landry, ha pedido a los residentes que no cedan al pánico, pero que se preparen para la llegada de la tormenta, haciendo caso a las indicaciones de evacuación.
No queremos que la gente espere hasta el último minuto para salir a carretera y luego se quede sin combustible, declaró Landry.
La tormenta se acerca a la costa con vientos sostenidos de 100 km/h, y se prevé que alcance una velocidad de entre 155 y 175 km/h al momento de tocar tierra. Las autoridades han advertido sobre la posibilidad de que la marejada ciclónica alcance una altura de hasta 3 metros en algunas zonas, lo que podría generar inundaciones significativas.
La temporada de huracanes de este año se ha caracterizado por una intensidad inusual, con cinco tormentas con nombre, incluyendo el huracán Beryl, que provocó un apagón masivo en Texas, dejando sin energía eléctrica a millones de hogares y negocios. Los expertos habían anticipado una temporada de huracanes particularmente activa, y este es solo un anticipo de lo que podría venir.