Tradicionalmente, los candidatos a la vicepresidencia se han desempeñado como "perros de ataque", criticando a los oponentes para elevar a sus compañeros de fórmula. Sin embargo, la dinámica ha cambiado desde la presidencia de Donald Trump, lo que ha impulsado a los candidatos a adoptar estrategias más distintivas.
Tim Walz, el gobernador demócrata de Minnesota, es conocido por su enfoque poco convencional, calificando a los republicanos rivales de "extraños", mientras que JD Vance, el senador republicano de Ohio, ha atacado a la vicepresidenta Kamala Harris sobre la inmigración, promoviendo una narrativa controvertida sobre los inmigrantes haitianos.
Comprender el papel del vicepresidente es crucial, ya que ambos candidatos compiten por un puesto que tradicionalmente se considera un apéndice del candidato presidencial. El vicepresidente preside el Senado y tiene el poder de desempatar, una función esencial que Harris ha desempeñado ampliamente. Además, el puesto sirve como un posible plan de sucesión, ya que nueve vicepresidentes han ascendido a la presidencia en diversas circunstancias. La Enmienda 25 establece estas reglas de sucesión, destacando la importancia de la elección del vicepresidente en tiempos de crisis.
Los debates vicepresidenciales memorables de la historia, como los que involucraron a Sarah Palin y Lloyd Bentsen, ilustran el potencial de momentos cruciales para moldear la percepción pública. La icónica réplica de Bentsen a Dan Quayle y los momentos asertivos de Harris contra Pence resaltan cómo un solo intercambio puede resonar más allá del escenario del debate.
Sin embargo, el análisis pasado muestra que la elección de un compañero de fórmula a menudo tiene un impacto mínimo en los resultados de las elecciones, ya que los votantes se centran principalmente en el candidato presidencial. No obstante, el clima político actual podría otorgar mayor peso al debate Walz-Vance.
El analista político Mark P. Jones indica que, si bien históricamente los votantes han favorecido a los candidatos presidenciales sobre sus compañeros de fórmula, la cercanía de la contienda en estados clave podría significar que este debate podría influir en las opiniones más de lo habitual.
Dada la limitada interacción directa entre Harris y Trump en este ciclo electoral, este debate podría servir como una oportunidad crucial para que los votantes evalúen a ambos boletos.
Para maximizar su impacto, Walz y Vance deben evitar cualquier error que pueda dominar los titulares posteriores al debate. La tradición histórica sugiere que los errores memorables pueden tener efectos duraderos, como se ha visto en elecciones anteriores. Ambos candidatos son generalmente considerados disciplinados, pero la naturaleza impredecible de los debates significa que un paso en falso podría alterar significativamente la percepción pública.