En Los Ángeles, varias detenciones se han realizado en relación con una serie de robos estilo "flash mob" en tiendas 7-Eleven, después de que algunos padres reconocieran a sus hijos en las grabaciones de vigilancia publicadas por la policía.
Los perpetradores, que eran principalmente adolescentes, llegaban en bicicletas durante la noche, robando productos y causando daños antes de escapar. Testigos informaron que temían por su seguridad durante estos incidentes, y algunos de los sospechosos los empujaron, aunque no se reportaron lesiones.
El 26 de septiembre, las autoridades confirmaron que todos los robos estaban conectados a un mismo grupo, destacando que 13 de los 14 incidentes ocurrieron un viernes por la noche. Esto permitió a los investigadores identificar un patrón y enfocar sus esfuerzos en desmantelar la operación.
Durante una reunión del 1 de octubre de la Junta de Comisionados de Policía de Los Ángeles, el jefe asistente del LAPD, Blake Chow, reveló que la divulgación de las grabaciones y comunicados de prensa generó numerosas pistas que llevaron a las arrestos. Chow mencionó que varios padres habían llevado a sus hijos a las estaciones de policía después de reconocerlos en los videos.
Las investigaciones revelaron que muchos de los jóvenes involucrados no eran residentes de las áreas donde ocurrieron los robos. Esto sugiere que el grupo podría estar organizado y operando fuera de sus comunidades locales.
El asistente del jefe de policía anticipó más arrestos a medida que continúan llegando consejos anónimos y los oficiales de recursos escolares trabajan para identificar a otros menores implicados en los robos. La situación ha planteado preocupaciones sobre la seguridad pública y el comportamiento de los jóvenes en el área.