Su nombre se forjó en las filas de Podemos, el partido que irrumpió en la política española en 2014, alimentando la esperanza de una izquierda renovada. Errejón, junto a Pablo Iglesias y Carolina Bescansa, fue uno de los arquitectos de este proyecto, impulsado por las movilizaciones sociales del "15M". Su ascendente carrera se vio truncada por una lucha interna por el poder que lo llevó a fundar Más Madrid, un partido que se convirtió en un referente de la izquierda en la capital española.
Sin embargo, la ola de denuncias anónimas en redes sociales, que lo acusan de violencia sexual y acoso machista, han marcado un punto de inflexión en su trayectoria. Las acusaciones, difundidas bajo la cuenta de una periodista de izquierda, pintan un retrato oscuro, utilizando términos como "maltratador psicológico", "psicópata" e incluso "monstruo". Las denuncias detallan: "Me habían avisado del trato que le daba a las mujeres, pero dada su posición política no podía creerme que eso fuera verdad. Su forma de tener sexo te marca y no lo olvidas jamás. Te pide hacer prácticas humillantes, y cuando te niegas te monta números."
En su carta de dimisión, Errejón reconoce que ha llegado a un punto de conflicto entre su persona y el personaje público que proyecta. “He llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano.” Con su decisión, busca "reparar errores", atribuyendo la disonancia a la propia naturaleza acelerada de la política.