La celebración de la victoria sobre los Yankees de Nueva York se convirtió en un caos. Decenas de aficionados, enardecidos por la victoria, tomaron las calles y desataron una fiesta descontrolada con tomas de control de calles ilegales y la explosión de fuegos artificiales.
Las autoridades de Los Ángeles se vieron obligadas a intervenir para disolver la multitud. El Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles (LASD) formó una línea de contención, ordenando a los aficionados que se dispersaran. Las calles se convirtieron en un campo de batalla, con los agentes luchando para mantener el control de la situación.
El incidente tuvo lugar cerca de Whittier Boulevard y Atlantic Boulevard. El festejo, que se inició como una celebración festiva, se transformó en un evento peligroso y descontrolado. La policía tuvo que desviar el tráfico para evitar más problemas y garantizar la seguridad de los residentes del área.
Hasta el momento, las autoridades no han reportado heridos ni arrestos. Sin embargo, el incidente ha puesto en evidencia el desafío que representa el control de las celebraciones descontroladas, especialmente cuando se trata de eventos deportivos.
Las autoridades han alertado que no tolerarán ningún comportamiento ilegal durante las celebraciones, incluyendo la intoxicación pública, el vandalismo y las reuniones ilegales. Se espera que en los próximos días se investigue a fondo el incidente para determinar las posibles responsabilidades y sanciones.