Un mural de 100 pies de largo, titulado Empty Beds, exhibe fotografías a tamaño real de las camas de niños ucranianos que fueron separados de sus familias por la invasión rusa.
Las imágenes, tomadas por el artista Phil Buehler, evocan una sensación de vacío y pérdida que solo puede entenderse a través del lente de la experiencia. Buehler se inspiró en la historia de un amigo cuyo hijo murió en un accidente de coche, dejando su habitación intacta como un recordatorio de una vida interrumpida.
* "Era como una pequeña cápsula del tiempo", recuerda Buehler. "Podías sentir una presencia al entrar en la habitación, imaginar a sus padres entrando y viendo la cama vacía y sus cosas".
El mural Empty Beds no muestra las camas de los 19.546 niños desaparecidos, debido a la investigación en curso sobre crímenes de guerra. En cambio, se centra en las camas de ocho niños que lograron escapar de las áreas ocupadas por Rusia y ahora viven en el Centro de Esperanza y Sanación de Save Ukraine.
* "Algunos de los niños todavía están traumatizados y quieren correr al refugio cuando escuchan las sirenas de ataque aéreo", observa Buehler.
Entre estos niños se encuentra Rostislav, de 17 años, quien fue torturado por las fuerzas rusas pero se negó a renunciar a su ciudadanía ucraniana. Rostislav luego testificó ante el Congreso de los Estados Unidos y ahora estudia fotografía.
Empty Beds es más que un simple mural, es un recordatorio de la tragedia que enfrentan los niños ucranianos. Los niños secuestrados por Rusia son forzados a renunciar a su identidad ucraniana y son preparados para ser parte del ejército ruso.
* "Desafortunadamente, están preparándose para continuar las guerras y están reeducando a nuestros niños ucranianos", explica Zhanna Galeyeva, cofundadora de Bird of Light Ukraine, una organización que apoya a los niños ucranianos liberados de la cautividad rusa.
La instalación artística estará expuesta hasta el 30 de noviembre y busca generar conciencia sobre la crisis humanitaria en Ucrania.