Después de dos semanas desaparecida, Kiki fue encontrada con vida, pero con una historia que parece sacada de una película. La policía de Nueva Gales del Sur, tras una intensa búsqueda que involucró helicópteros y equipos de perros, encontró a Kiki el domingo por la tarde en la región de las Montañas Snowy del Parque Nacional Kosciuszko. La última vez que se le vio fue el 15 de octubre, conduciendo un coche de alquiler en el parque. La empresa de alquiler, al notar que el vehículo no se había movido en seis días y que el contrato de alquiler había finalizado, alertó a la policía, lo que dio inicio a la búsqueda.
Kiki fue encontrada "aturdida y herida", según el Superintendente del distrito policial de Monaro, Toby Lindsay. La mujer relató que había sido mordida por una serpiente cabeza de cobre cuatro días antes de ser encontrada, además de sufrir un esguince de tobillo y deshidratación.
Las serpientes cabeza de cobre, según el Museo Australiano de Sydney, poseen un veneno neurotóxico poderoso, y una mordedura puede ser fatal sin atención médica. Kiki, a pesar de la gravedad de la situación, logró sobrevivir en medio del desierto, con temperaturas que llegaron a los 0 grados Celsius.
Más de 30 personas participaron diariamente en la búsqueda entre la espesura del bosque, lo que demuestra la magnitud del esfuerzo para encontrar a Kiki. Ella fue tratada por paramédicos en el lugar por exposición y la mordedura de la serpiente, antes de ser trasladada al Hospital del Distrito de Cooma en condición estable.