Harris, quien busca suceder a Joe Biden en la presidencia, ha realizado una gira por estados clave, como Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin, donde ha reiterado su mensaje de "unidad y terreno común". Este mensaje, que busca atraer a un público amplio, contrasta con la retórica más agresiva que ha caracterizado a su rival republicano, Donald Trump.
En un evento en Raleigh, Carolina del Norte, Harris se refirió a la polarización política y a la necesidad de "dejar de acusarse los unos a los otros". "Sabemos que tenemos una oportunidad en estas elecciones para pasar página de una década de Donald Trump, quien ha intentado mantenernos divididos y temerosos unos de otros", dijo Harris.
Sin embargo, la campaña de Harris ha enfrentado un obstáculo inesperado: los recientes comentarios de Biden, quien en una llamada de campaña describió a los seguidores de Trump como "basura". Estas declaraciones han provocado un fuerte debate político, con algunos acusando al presidente de insultar a un importante sector del electorado.
Ante esta situación, Harris se ha visto obligada a "atenuar la controversia" sobre los comentarios de Biden y a marcar distancia con el presidente. "No estoy de acuerdo con ninguna crítica a las personas basada en por quién votan", dijo Harris, añadiendo que "representaré a todos los estadounidenses, incluidos aquellos que no voten por mí".
En medio de las críticas y las acusaciones mutuas, la campaña electoral estadounidense se encamina hacia la recta final. La polarización política y la retórica agresiva continúan siendo elementos centrales de la contienda, dejando a los ciudadanos con la difícil tarea de elegir entre dos visiones muy diferentes para el futuro del país.