En el barrio del Bronx, Nueva York, la tragedia golpeó a una guardería, Divino Niño, dejando una estela de dolor y asombro. Un niño de tan solo un año, Nicholas Dominici, perdió la vida tras ser envenenado con fentanilo. La noticia conmocionó a la comunidad, especialmente a los padres que confiaban en la seguridad de sus pequeños dentro de las instalaciones.
Las autoridades federales no tardaron en iniciar una investigación, que reveló una historia escalofriante. Grei Méndez, la dueña de la guardería, y su esposo, Félix Herrera García, junto a un cómplice, estaban operando una red de venta de fentanilo dentro de la misma institución. La investigación demostró que el fentanilo se encontraba en un espacio donde los niños jugaban y se desarrollaban.
El pasado martes, Grei Méndez se declaró culpable ante las autoridades, admitiendo su participación en la conspiración para distribuir narcóticos con resultado de muerte. El fiscal federal Damian Williams declaró: "Grei Méndez acaba de admitir que conspiró para mantener y distribuir grandes cantidades de fentanilo peligrosamente tóxico en una guardería del Bronx, un lugar donde los padres esperaban que sus hijos estuvieran protegidos y seguros."
El caso no solo involucró a la pareja, sino también a Renny "El Gallo" Parra Paredes, un co-conspirador que también se declaró culpable. Este lamentable suceso resalta el alcance de la epidemia de fentanilo y su impacto en las comunidades más vulnerables.