En 2023, se registraron 1,25 millones de muertes por tuberculosis, un número escalofriante que deja en evidencia la amenaza que aún representa esta enfermedad.
La OMS ha calificado a la tuberculosis como la "pandemia de los pobres" debido a que su mayor incidencia se concentra en países de renta media y baja. Esta afirmación se sustenta en la realidad: ocho países, entre ellos India, Indonesia y China, concentran más de dos tercios de los casos de tuberculosis a nivel global.
Aunque el informe destaca un leve descenso en el número de muertes, este progreso es mínimo comparado con los objetivos que se propuso la OMS con la Estrategia Fin a la Tuberculosis. La reducción de la tasa de incidencia fue solo del 8,3%, muy por debajo del 50% previsto para 2025.
Shaka Brown, quien padeció una forma grave de tuberculosis en 2013, comentó que la enfermedad no es cosa del pasado. "No es una enfermedad de los tiempos oscuros, más de 3.000 personas siguen muriendo cada día a pesar de que se puede curar", afirmó Brown.
La OMS ha enfatizado la necesidad de una acción urgente contra la tuberculosis, especialmente en la lucha contra la tuberculosis multirresistente, que no responde a los tratamientos convencionales. La organización alertó que la tuberculosis multirresistente es una "crisis de salud pública" y que solo se diagnosticó el 44% de los 400.000 casos estimados en 2023.
La falta de recursos es otro factor crucial que impide avanzar en la lucha contra la tuberculosis. La OMS necesita 22.000 millones de dólares anuales para combatir la enfermedad, pero en 2023, solo recibió 5.700 millones de dólares, un número inferior al del año anterior.