Pero ¿qué implica realmente este plan? Y más importante aún, ¿cómo afectaría a las familias que llaman hogar a Estados Unidos, especialmente a los niños? Según un nuevo análisis del American Immigration Council, el plan de deportaciones masivas podría afectar a 5.1 millones de niños estadounidenses que viven con al menos un familiar indocumentado.
Este número no es una cifra cualquiera, representa una realidad que podría desgarrar familias, generar un estrés emocional inimaginable y afectar gravemente la economía de miles de hogares. “Separar a los miembros de la familia provocaría un enorme estrés emocional y también podría causar dificultades económicas para muchas de estas familias de estatus mixto que podrían perder a su sustentador”, señala el reporte.
Las familias de estatus mixto, es decir, con miembros ciudadanos y miembros indocumentados, serían las más afectadas. Se estima que alrededor de cuatro millones de estas familias se verían obligadas a separarse, lo que provocaría una reducción promedio del 62.7% en sus ingresos, equivalente a 51,200 dólares al año.
El plan, que busca aplicar la Ley de Enemigos Extranjeros, no se limita a la separación familiar, sino que también podría generar un ambiente de miedo e inseguridad, incluso para los inmigrantes legales con Green Card o ciudadanos naturalizados.
“Estas comunidades vivirían bajo la sombra de una aplicación de la ley armada, mientras Estados Unidos perseguiría a sus vecinos y, como descubrieron los científicos sociales bajo la Administración Trump, estarían propensos a preocuparse de que ellos y sus hijos pudieran ser los siguientes”, advierte el reporte.
Más que un plan, se perfila como una sombra que amenaza con proyectarse sobre la vida de millones de personas, con consecuencias impredecibles para el tejido social de Estados Unidos.