Las montañas de marido y mujer, como se les conoce localmente, están en el corazón de la isla de Flores, en Indonesia. Lewotobi Laki Laki, el volcán "masculino", ha estado causando estragos en las últimas semanas. Su rugiente actividad ha convertido la vida de miles de personas en una lucha por la supervivencia.
El volcán comenzó a mostrar su poder el lunes pasado, cuando una erupción masiva cobró la vida de nueve personas e hirió a docenas más. Desde entonces, la actividad no ha cesado. El viernes pasado, una columna de ceniza caliente se elevó a 10 kilómetros de altura, un nuevo récord para esta erupción. La furia del volcán también ha expulsado rocas ardientes, lava y fragmentos calientes de grava y ceniza, alcanzando hasta 8 kilómetros desde el cráter.
Las autoridades, preocupadas por la seguridad de la población, han ampliado la zona de peligro a un radio de 8 kilómetros alrededor del volcán. La intensa actividad volcánica ha destruido miles de hogares, escuelas, iglesias, conventos e incluso un seminario en esta isla de mayoría católica. Los expertos han encontrado cráteres de hasta 13 metros de ancho y 5 metros de profundidad, producto de las rocas expulsadas por el volcán.
La situación ha obligado al gobierno a evacuar a unos 16.000 residentes de la zona de peligro. La agencia de gestión de desastres ha asegurado que los residentes de las aldeas más afectadas serán reubicados en un plazo de seis meses. Cada familia recibirá una compensación de 32 dólares por mes mientras espera encontrar un nuevo hogar.
Indonesia, ubicado en el "Anillo de Fuego" del Pacífico, es conocido por su actividad volcánica. La isla de Flores, hogar de Lewotobi Laki Laki y su contraparte femenina, Lewotobi Perempuan, es un recordatorio de la fuerza y el poder de la naturaleza, una fuerza que exige respeto y atención constante.